Un premio Pulitzer, único ganado por un rapero hasta ahora, y 17 premios Grammy, entre otros muchos galardones que fácilmente ocuparían varias páginas, acreditan a Kendrick Lamar como uno de los mejores artistas del momento. Hay quien se atreve, incluso, a señalarle como el más grande de todos los tiempos. The GOAT que dirían los angloparlantes. Con tan solo 35 años, el estadounidense sabe lo que es vivir en la cima de la industria y marcar su tempo, enfrentándose con todos los colosos que haga falta. Su personalidad y su inconformismo han marcado su carrera. Sin embargo, lo que verdaderamente le sitúa en el Olimpo de los artistas urbanos es su total desnudez y transparencia.
Kendrick Lamar ha sabido recuperar los orígenes de un género como el rap, situando de nuevo la crítica social en el núcleo de todo. Eso, sumado a su indescriptible capacidad narrativa, tiene como resultado canciones con un impacto colosal. Los siguientes son tan solo 5 ejemplos extraídos del mar de obras maestras que es su discografía.
Alright
Un himno para toda la comunidad negra, que fue tomado como mantra durante las protestas del movimiento Black Lives Matter durante el verano de 2015. Desde entonces, se ha mantenido como una de esas canciones protesta que no esconden nada, pero que dejan abierta una enorme puerta a la esperanza. En ella, Kendrick Lamar habla de manera explícita de la persecución que hoy en día sufre su comunidad, perpetrada especialmente por la policía estadounidense.
Grita, porque se siente como tal, que es consciente de que la policía va a matarlos en las calles. Pero ofrece un consuelo a los suyos, ese orgullo que les ha permitido seguir en pie tras siglos de rechazo. En las manifestaciones, entre lágrimas de tristeza y de rabia, se escuchaba el “we’re gonna be alright” del californiano. Ese es el impacto de su música.
DNA
Otro de los clásicos es este DNA, en el que Kendrick Lamar vuelve a hablarnos de su identidad, pero ahora desde otro prisma. En Alright, el rapero hacía referencia constante al vapuleo de su comunidad y a la resistencia de esta. Aquí habla de comunidad, pero también de individualidad. Si bien alaba en parte la cultura heredada, también se atreve a juzgarla y a criticarla. Lejos de mostrarse únicamente como víctima, desgrana su ADN y revela sus elementos, cuáles son y de dónde vienen. Así, podemos escuchar de él que posee la realeza, la lealtad, la ambición y el orgullo. Pero, también el veneno, el dolor y la guerra. Señala tantos culpables que parece que no señala ninguno. Y en apenas 3 minutos nos regala una reflexión profunda y punzante que, encima, es pegadiza.
HUMBLE
Originalmente, el rap, como la mayoría de los géneros urbanos, surgió como plataforma para un grupo de personas que necesitaban expresarse y no tenían los medios. Arrancó para la protesta, para el movimiento social. Sin embargo, en cierto momento perdió el rumbo y se convirtió en un compendio de drogas, diamantes, dinero, lujo, mujeres y excesos. Así lo muestran muchos de los grandes éxitos de los últimos años.
De todo esto y de los raperos que componen este tipo de temas se burla Kendrick Lamar en HUMBLE. Imita, con tono satírico, ese hip hop bobalicón, en el que lo único importante es alardear y presumir, para luego reprender la conducta de sus compañeros. Lo deja bien claro en su estribillo: «sé humilde, siéntate y sé humilde».
Sing About Me, I’m Dying of Thirst
Puede que quienes hayan conocido a Kendrick Lamar en su época más reciente se hayan perdido verdaderas joyas como este Sing About Me, I’m Dying of Thirst. El de california la lanzó en 2012, como parte de su segundo álbum de estudio. Desde entonces no ha salido de los rankings de mejores canciones del artista. No es para menos.
En este tema, el rapero utiliza a otros narradores para contar las historias de unas trágicas muertes que podrían haberse evitado. Para después explicarnos a todos, y en cierta manera recordarse a sí mismo, que sólo entiende la música (o su música) como un método para procesar el sufrimiento de su comunidad y para compartirlo con aquellos que viven en una realidad diferente. 12 minutos de reflexión, brillantes de principio a fin, que sirven para definir a la perfección a este artista.
Mother I Sober (feat. Beth Gibbons of Portishead)
De su último disco, Mr. Morale & the Big Steppers, se podrían rescatar todas las canciones. Pero este Mother I Sober es, probablemente, la más personal y difícil de escribir y compartir para Kendrick Lamar. Su transparencia, sinceridad y sensibilidad siempre han estado presentes a lo largo de toda su discografía, pero quizá nunca se había desnudado de esta manera. En este tema repasa sus principales traumas, que comienzan con el sufrido por su madre, tras haber sido abusada sexualmente.
La cultura del sexo tóxico en la comunidad negra es uno de los ejes por los que se mueve Lamar aquí. No duda en hacer referencia a los abusos sufridos por miles de niños negros como origen de una maldición de la que deben liberarse. Sexo, drogas, lujuria, culpa, miedo y dolor son sólo algunos de los lugares que podemos visitar en esta confesión de 7 minutos.