Esta crítica contiene spoiler de Los anillos de poder 1×07 (El ojo). Si no queréis conocerlos, corred insensatos.
Los pelosos vuelven a la acción mientras que el resto de tramas tienden al trauma en Los anillos de poder 1×07, con dirección de Charlotte Brändström y llamado El ojo. Con la flojera de guion habitual, motivo que ha llevado a la bajona a muchos fans, logra preparar las tramas para desvelar sus grandes misterios en el capítulo final. Asimismo, ciertos detalles desvelados suponen aparentes conflictos con el lore que, seguramente, se solventen con previsibles giros de guion. Porque lo de que sabemos los espectadores que pasará resta fuerza dramática a más de una de las historias que suceden en la serie de Prime Video.
El extraño y los pelosos siguen a trompicones

Puede que el carácter de los pelosos haga que sea una de las tramas que menos tambaleante se encuentre en lo narrativo. Lo naif que son, unido a su lado pragmático, permite que los discursos repipis encajen mejor en ellos que en los grandes reyes del resto de razas. Sea como fuere, en Los anillos de poder 1×07 su historia da un gran avance, necesario de cara al final de la temporada.
Las incógnitas que presenta el hombre de las estrellas son legítimas, aunque todas las señales apuntan a que es un agente del bien. Sanar a través del lenguaje élfico un valle quemado por el volcán que acaba de crear Mordor es un detalle que apoya esta interpretación. Que durante el proceso una rama se caiga y casi aplaste a uno de os pelosos y Nori (Markella Kavenagh) de tal forma que la caravana decide expulsarle, suena poco convincente. Una cosa es que la protagonista de esta trama se asuste al ver cómo usa la magia y otra que tomen la incapacidad de mantener la distancia con un objeto inestable como amenaza.
La manzana que Nori da al extraño antes de que parta a buen seguro jugará un papel en el siguiente capítulo. Pese a este gesto, la hobbit se muestra arrepentida de haber empezado a mover la rueda de esta trama. La aparición de la terna encapuchada vista en el quinto episodio con la Moradora (Bridie Sisson) a la cabeza complica más su situación. Siguiendo la pista del hombre de las estrellas, la líder del trío demuestra su poder mágico quemando el campamento peloso en respuesta al intento de engaño y amenaza por parte de Nori y su padre respectivamente. Una capacidad que vuelve a hacer que gane enteros como posible Sauron.

Pese al varapalo, el padre de Nori logra animar al grupo hasta el punto de que su hija, Poppi (Megan Richards), su mujer y Sadoc (Lenny Henry) partan para ayudar a su colega caído del cielo. Llegados a este punto, solo queda esperar una semana y ver qué pasa. Teniendo en cuenta lo dicotómico que fue Tolkien en su presentación de Bien y Mal, lo más lógico sería que el extraño fuera un maia protector al que persigue las tres mujeres de blanco. Estas parecen ser lideradas por otro maia, maligno, y ser parte de un culto a Morgoth. Sabemos que vienen del este, pero no queda clara la raza de la Moradora. Dado que solo la conocen los pelosos, podría ser Sauron en su forma de Annatar sin problema. La otra opción es que quieran «despertar» al extraño como Señor Oscuro o, al menos, agente importante del mismo.
Las cenizas de la guerra en Mordor

La confusión tras la erupción del Monte del Destino está bien representada en este séptimo episodio de Los anillos de poder. Sin embargo, el flujo piroclástico solo parece haber logrado quemar la paja y dañar los edificios. Algo raro y poco verosimil. Sea como fuere, Galadriel (Morfydd Clark) pulula por un pueblo arruinado y caótico. Decide ir por su cuenta y acaba junto a Theo. La reina e Isildur (Maxim Baldry) se reencuentran y salvan a Valandil (Alex Tarrant), pero no a Ontamo (Anthony Crum). Extraño que no se diera cuenta de que había muerto mientras estaba sobre él sin que diera señal alguna de vida. Mientras hacen de bomberos, Miriel (Cynthia Addai-Robinson) y el hijo de Elendil (Lloyd Owen) sufren una accidente en el que el primero, aparentemente porque no puede, fallece y la segunda se queda ciega.
Más allá de que cualquiera se pregunte qué hace una reina de una superpotencia arriesgando así su vida, lo de que se le muera el hijo lleva a Elendil a agriarse. Se agradece sobremanera que no hable con la grandilocuencia que sus colegas. Lo que no cuadra tanto es que prácticamente repita lo que dice Nori sobre el extraño (David Weyman), pero aplicado a Galadriel. Estos paralelismos han sido habituales en la temporada. Uno está bien, pero tantos huelen. Miriel por su parte se muestra vengativa, consciente de que debe volver a la Tierra Media, algo que promete a la elfa cuando se reencuentran. Eso si no la deponen a la vuelta a la isla, pero ya se verá. Tras ello, los numenoreanos parten a su isla dejando un destacamento muy similar a los romanos. Buen detalle de diseño.
Las aventuras de Galadriel y Theo
Mientras pasa lo anterior, Galadriel y Theo viven un momento similar al de Frodo, Sam, Pippin y Merry ocultándose de un espectro del anillo en La comunidad del anillo. Además, hablan de la necesidad de venganza y la culpa. Aquí, la elfa saca a relucir una de las crueldades delos guionistas hacia el personaje: es doña consejos vendo pero para mí no tengo. Así lo demuestra cuando calma las ansias de venganza del jovencito. No es que no tenga razón, es que cuando le toca aplicárselo se le olvida de una forma poco creíble.
Durante estas charlas, la elfa reconoce que perdió a un hermano frente a los orcos y, bomba va, también a su marido. Seguramente más de un fan de Tolkien saltó del sofá. Galadriel asegura que fue a la guerra y no volvió a verlo. Entre lo último que le dijo a Celeborn se encuentra la bella apreciación de que parecía un «molusco plateaado» en su armadura. Vamos, que le pasó como a Flanders con Maude. Eliminar así a un personaje tan importante del legendarium es improbable, así que seguramente el buen elfo solo se ha estado marcando un Paco yendo a por tabaco. El reencuentro y la fundación de Lothlorien cuadraría como trama para siguientes temporadas.
Cuando llegan al campamento, Theo (Tyro Muhafidin) busca a su madre en un hospital de campaña. Una escena poderosa y sangrienta rota por completo por la incompetencia del guion. La tendencia a dejar caer una muerte para crear tensión se usa con una profusión absurda y para más inri aplican esta dudosa técnica de nuevo con Bronwyn (Nazanin Boniadi). La mujer esta sana, Arondir (Ismael Cruz Córdova) también, además de limpia y sin secuelas por la flecha que casi la mata. Cuenta que se dirigirán a la colonia numenoreana de Pelargir, un guiñito a la futura creación de Gondor.
¿No se echa en falta un nombre? Casi con esta frase muestra Los anillos de poder que no se habla de Halbrand (Charlie Vickers) en todo el episodio. Solo sale al final, herido hasta tal punto que Galadriel decide llevarlo a Lindon. Pero ojo, que inmediatamente después sale andando y es capaz de montar a caballo. Los sureños, desde luego, son duros de roer.
El mithril y el mal de otro Durin

En Khazad-dûm todo es drama. Cuando Elrond (Robert Aramayo) presenta una oferta más que jugosa al rey, este decide declinarla. Según explica a su hijo, muy razonablemente, lo que les pasa a los elfos es algo que permiten los Valar e Ilúvatar, por lo que ellos no son nadie para interponerse. Un sentido del destino muy muy Tolkien. Pero Durin IV (Owain Arthur) no acepta, espoleado por una Disa (Sophia Nomvete) que saca su lado más tóxico. Cuando parece todo perdido, una casualidad le lleva a actuar. Al acercar el mithril a la hoja del árbol de Lindon, esta sana. Una confirmación de la leyenda, confirmada en la serie.
El hallazgo lleva al elfo y al enano a desafiar la voluntad del rey. Para su alegría, los depósitos de mithril son abundantes y se corresponden con las raíces de un árbol. Pero Durin III (Peter Mullan) no está por la labor de poner en riesgo Khazad-dûm. Por ello reniega de nuevo de la extracción, encarcela a Elrond y deshereda a su chaval después de que esté saque a colación la memoria de la esposa del rey, de su madre. Destaca sobremanera que Durin IV hable normal, mientras que su padre lo hace con continuas metáforas grandilocuentes. Punto para el más joven.
Después de la gran discusión Disa muestra que podría ser una candidata a Sauron perfecta. Envenenando a su marido, insiste en que el actual rey es un viejo chocho y que su tiempo llegará para extraer el mithril. Si esta muchacha acaba en el lado del mal, que nadie se extrañe. Otra patadita al lore, aparte de la de Celeborn, viene de la mano de Durin IV. Con ella lanza al depósito de mineral la hoja sanada, que al caer se quema descubriendo a un balrog despierto. Espectacular es. Sin embargo, faltan 2.000 años para que el maia maligno destruya las minas por el ansia Durin, sí, pero VI.
¿Quién es Sauron? La semana que viene se sabrá

El misterio que ha mantenido viva esta temporada es saber quién será Sauron. Aunque en el canon fuera Annatar, aquí está demostrado que cualquier teoría es posible. Halbrand es el favorito de los fans, aunque no termina de cuadrar por motivos como su origen o acciones que ha realizado. Incluso Prime Video parece estar alentando los rumores, quizá para despistar. El extraño es otro candidato, así como la Moradora, nuestra favorita al puesto tras este capítulo. Adar (Joseph Mawle), en un final en el que el letrero de Tierras del Sur pasa a Mordor sigue en la quiniela, aunque sería destrozar al personaje de mayor interés de la serie, a tenor al menos de lo visto en el episodio seis. La alternativa final es que no sea ninguno de estos y no haya aparecido todavía. Solo queda esperar.