Hay que empezar por aclarar que eso de “la banda de moda” que puede sonar tan terriblemente mal no es más que un hecho objetivo. Arde Bogotá ha copado este verano todos los carteles de los grandes festivales de música de nuestro país, el remix de Los Perros de Andres Campo cuenta con millones de reproducciones y acaban de ser nominados a los Latin Grammy por partida doble: Mejor Álbum de Rock y Mejor Canción de Rock para Los Perros. Sus letras casi viscerales y su sonido limpio, bien definido, permiten que, al menos en esta ocasión, se pueda dar razón a las modas. Además, como sucedió con Viva Suecia, como sucedió con Supersubmarina hace casi una década, como ha sucedido con otras bandas similares, estos chicos de Cartagena han llegado para quedarse, porque van más allá de un momento puntual. No hay más que asistir a cualquier directo para presenciar la euforia que desatan. Si te estás preguntando el por qué de todo esto, vamos a resolverlo como ha de resolverse: con las canciones de Arde Bogotá que explican las modas, la euforia y el éxito.
Abajo (LA NOCHE, 2021)
La provocadora Abajo es una de las canciones de Arde Bogotá que mejor suenan en directo. Siendo como es el primer tema del primer álbum, La Noche, el impacto de la voz de Antonio García puede ser tremendo, especialmente en lo que se refiere al primer estribillo que es, por cierto, muy pegadizo. Abajo habla del deseo y la expectación, del nerviosismo ligado a esto y, al final, de la juventud y todos los sentimientos que se experimentan, que es una de las claves de Arde Bogotá.
El Beso (LA NOCHE, 2021)
El Beso tiene golpes de sonido muy interesantes y un par de versos (“¿qué más hay que hacer para estar contigo?”) que generan una complicidad tremenda con quien los escucha, porque quién no se ha sentido así. Gira en torno a algo muy simple, un beso, que resume de alguna manera todos los sentimientos que se llevan dentro. La conclusión final, “me diste un beso como quien anuncia el fin del mundo”, con la lúcida guitarra poniendo la guinda al pastel, es chulísima.
Exoplaneta (LA NOCHE, 2021)
Una de las canciones más importantes de Arde Bogotá, esta especie de balada elevó al espacio a la banda ya en su primer álbum. Exoplaneta es un refugio (“olvidaremos los problemas del futuro y la ansiedad») para quien necesita escapar, es también una promesa (“yo te iré a visitar, fundaremos Cartagena”), una posibilidad (Cartagonova), la ilusión de que puede existir algo más, un lugar secreto que también genera complicidad. Arde Bogotá empezó a inventar aquí su propio vocabulario (571-/9A) y su propio universo.
Los Perros (COWBOYS DE LA A3)
La adictiva Los Perros ha conseguido llegar a rincones insospechados gracias al remix de Andrés Campo, pero nos quedamos con la versión original de Arde Bogotá, que ya es tremendamente adictiva. Esta canción que te hace mover involuntariamente la cabeza es rock, es un grito por uno mismo, una de esas canciones que respiran libertad y hacen sentir poderoso a quien la escucha. Con un estribillo chulísimo, para la eternidad queda ese “valor, amor y cicatriz” que ya se puede leer en las camisetas por las calles.
Cowboys de la A3 (COWBOYS DE LA A3)
Tras Los Perros, la ternura de Cowboys de la A3. Si la anterior, que abre el disco al que este tema da nombre, respiraba libertad, esta canción, que es otra especie de balada, respira melancolía y nostalgia. Se trata de alguien recordando y prometiendo, de algún modo, no olvidar. “Solíamos amar la intensidad” es también un lema que puede leerse ya en las calles. Porque Arde Bogotá ha inventado su propio universo y está lleno de esto mismo: intensidad, amor, cicatriz, rock y exoplanetas.
La Salvación (COWBOYS DE LA A3)
La Salvación, que cierra su segundo álbum de estudio, puede llegar a ser la letra más sentida de Arde Bogotá, y por ello es también la más popular, con permiso de Los Perros. La Salvación habla de querer a alguien y no tener muy claro qué hacer con ese sentimiento salvo gritar “me duele el pecho de amor”. Es dolor y al mismo tiempo salvación, pero no alcanzable, sino localizable: un beso, una caricia en el pelo, el espigón.
Las canciones de Arde Bogotá son muy personales y por eso aluden a escenarios concretos (Cartagena, el Nissan, la A3 o este espigón), pero acercan a quien las escucha las emociones universales como se viene diciendo en todo el texto: con sonidos limpísimos, adictivos y liberadores, y con esa voz de Antonio García que es ya una de las más reconocibles del panorama musical. La música habla por sí sola: así se explica el éxito de esta banda de moda que es, ya se ve, mucho más.