En 2020 llegó la noticia de que la saga Valeria, de Elísabet Benavent, sería adaptada al medio audiovisual y personas de 192 países podrían verla a través Netflix. Que En los zapatos de Valeria, Valeria en el espejo, Valeria al desnudo y Valeria en blanco y negro fueran a ser convertidos en serie sorprendió a los fans de la autora valenciana. Pero lo hizo por el simple hecho de ser algo novedoso, no porque los libros carecieran de calidad.
Lo cierto es que poco después de que Benavent autopublicara en Amazon la primera de las cuatro novelas, una editorial se interesó en ella. Fueron, sin duda, los libros que la catapultaron al éxito. También serán cuatro de las novelas que sus fans más recuerden con el paso del tiempo. Porque la saga Valeria marcó un antes y un después en la novela romántica española.
Saga Valeria: la historia de cuatro mujeres, la historia de cualquiera
Al igual que la comedia romántica, este tipo de novelas es un género denostado, infravalorado en muchas ocasiones. Como si no tuviera la calidad suficiente como para convertirse en superventas. Pero la saga Valeria, de Elísabet Benavent, lo hizo. Porque se trata de cuatro libros donde las protagonistas son mujeres reales, con historias comunes que podrían ser las de cualquiera.
Valeria, Lola, Carmen y Nerea son un grupo de amigas que ronda la treintena. Cada una de ellas tiene su vida, sus problemas, sus aspiraciones, sus aciertos y sus errores. Son cuatro mujeres que viven historias con las que es fácil identificarse, porque son de lo más mundanas.
Aunque en los libros existen personajes masculinos, como Adrián, Víctor, Sergio, Daniel o Borja, las verdaderas protagonistas son ellas. Es una tetralogía escrita por una mujer, dándole voz a cuatro mujeres. El punto de vista narrativo de los cuatro libros es femenino y esa es una de las claves que convirtieron esta saga en una de tanto éxito.
Quizá ahora hay muchas más escritoras que narran desde el punto de vista de sus protagonistas femeninas. También hay muchas que crean grupos de amigas. Sin embargo, Benavent fue una de las primeras en hacerlo. Pero no solo eso, sino que lo hizo tan bien que conquistó a buena parte de quienes leían novela romántica en España.
Mujeres empoderadas con las que es fácil empatizar
Otro de los aspectos que influyó en el gran éxito de la saga Valeria fue la personalidad de las protagonistas. Cabe apuntar que si bien en la serie de Netflix Valeria engaña a su marido Adrián, en los libros la situación se vive a la inversa. Valeria descubre que su marido le es infiel y a eso se le junta su falta de inspiración creativa. La lectora conoce a una Valeria vulnerable, sensible, natural e indecisa cuyo único propósito en la vida es ser feliz. Desde las primeras páginas se empatiza con ella, de igual modo que ocurre con sus amigas.
Carmen es una mujer curvy con un sinfín de inseguridades provocadas por esa misma razón. Pero a la vez, es una mujer fuerte que lucha día a día por superarlas. Nerea es una chica que procede de una familia rica, que de cara a los demás parece fría pero que en el fondo tiene un gran corazón. Lola, por su parte, es una mujer segura de sí misma a la que le gusta hacer alarde de su agitada vida sexual. Está enamorada de Sergio, pero él tiene pareja. Cuando la deja, rechaza estar con él porque se pone a sí misma por delante. Se valora como persona y como mujer.
Las protagonistas de la saga Valeria son cuatro mujeres reales, como se ha mencionado anteriormente. Pero también son cuatro mujeres fuertes y empoderadas, pese a tratarse de unos libros escritos hace ahora una década. Son cuatro chicas que consiguen ganarse el cariño de quienes deciden leer sus historias.
El ensalzamiento de la amistad
Además de todo esto, otra de las claves por las que los primeros libros de Elísabet Benavent la llevaron a la fama, es la importancia que se le da a la amistad. Ya se ha dicho a lo largo de este análisis, pero es cierto: en Valeria hay cuatro protagonistas, no solamente una. Se trata de cuatro amigas que, pese a tratar de salir adelante con sus problemas de adultas, siempre tienen tiempo las unas para las otras.
Son novelas románticas, sí. Pero además del amor de pareja también hay espacio para el amor entre ellas. Siempre, a lo largo de los cuatro libros, se ven, se escuchan, se ayudan, se empujan y se levantan las unas a las otras cuando caen. Su amistad es el lugar seguro al que las cuatro pueden recurrir para ser ellas mismas. Donde no van a ser juzgadas pese a equivocarse. Ese sitio en el que pueden reír y llorar a su antojo sin preocuparse del qué dirán.
Además, las novelas están narradas de tal modo que la lectora puede incluso sentirse una parte más del grupo. Conoce al detalle las vidas de cada una de ellas. Las acompaña en cada paso que dan. Ve cómo van evolucionando y creciendo como personas. Es testigo de sus historias desde el principio hasta el final.
Todo esto sin obviar la forma en que están escritos los libros. La pluma de Benavent es algo compleja y densa. Cuenta mucho, escribe muchas páginas, pero lo hace tan bien que nunca cansa. Los personajes tienen personalidades muy bien creadas y profundidad. Crecen, evolucionan, tropiezan por el camino, pero luchan por mejorar. Mientras, la audiencia siente, empatiza, se emociona. Vive las historias como si fueran la suya propia. Por supuesto, eso también tiene mucho que ver con que alcanzaran tales niveles de fama.