La crisis de Marvel (I): qué está pasando en el estudio en el que nunca pasaba nada

En esta primera entrega dedicada a la crisis de Marvel analizamos lo que está sucediendo internamente en un universo en el que nunca sucedía nada (malo).
Crisis de Marvel

No fue una sorpresa para nadie mínimamente implicado con el Universo Cinematográfico de Marvel que Variety sacase a la luz, hace un par de semanas, los problemas internos que se están multiplicando en la Casa de las Ideas, así como la sensación de angustia que desde hace un tiempo debe estar viviéndose en el estudio. La crisis de Marvel era un secreto a voces. Los compañeros del medio estadounidense comenzaban su texto aludiendo a la reunión de creativos que tiene lugar cada año, en septiembre. Si en fechas pasadas la confianza, “incluso la arrogancia”, caracterizaba esa reunión, porque nunca existían problemas que fueran más allá de un aspecto concreto, hace un par de meses se dio un encuentro tenso en el que se pusieron sobre la mesa los tres temas que preocupan en Marvel.

A modo de resumen: la fase 5 no está funcionando, la fatiga superheroica de la que se empezó a hablar hace años puede estar dándose ahora, el gran pilar queda descartado y el público sufre, porque si Marvel antes era ilusión ahora es, sobre todo, dudas. No se trata de que una o dos películas no hayan terminado de funcionar, se trata de un problema generalizado que está propagándose por todas las áreas necesarias para que el UCM funcione como ha funcionado desde hace 15 años. Vamos por partes.

El rendimiento de la Fase 5 en la gran pantalla

Crisis de Marvel

El gran universo que Marvel empezó a construir hace 15 años con Iron Man (2008) está dividido en fases. Actualmente nos encontramos en la Fase 5, iniciada por Ant-Man and the Wasp: Quantumania (2023), la película encargada de presentar al gran villano de la próxima Fase 6, Kang el Conquistador (vimos en Loki a una de sus Variantes, pero no era exactamente Kang). La tercera película de Ant-Man recaudó 476 millones de dólares en todo el mundo. Guardianes de la Galaxia Vol. 3, estrenada tres meses más tarde, 845. Las previsiones para The Marvels, la última en llegar a la gran pantalla, son malas: en sus primeros días apenas sí ha llegado a los 90 millones. Esta tercera de Ant-Man, por poner un contexto, se estrenó con 120. Tampoco vamos a ignorar que todo lo relacionado con Capitana Marvel ha sufrido un enorme boicot por parte de ciertos sectores del público, pero del mismo modo no podemos obviar que Capitana Marvel (2019) recaudó en su día más de 1200 millones en todo el mundo, y ya por entonces existía este cavernícola boicot.

El rendimiento en taquilla, de manera general y con la excepción de Guardianes de la Galaxia, ha caído en los últimos tiempos. Ya en la Fase 4 hubo dificultades: Eternals (2021), una gran apuesta del estudio, tuvo una recaudación de poco más de 400 millones. Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos, poco más de 430. Por poner de nuevo algo de contexto: la presentación de Doctor Strange en pantalla, en 2017, recaudó 677 millones. La tercera película de Thor, que arrastraba ciertas dudas porque el personaje hasta ese momento no estaba brillando como haría a partir de entonces, 854.

32 películas después, Marvel rinde peor en la gran pantalla. No hay que pasar por alto que, de forma general, todo está rindiendo peor en las salas de cine, pero sigue habiendo sorpresas, buenas noticias y buenas cifras, y cuesta mucho considerar la posibilidad de que no iríamos a ver en masa una película como Avengers: Infinity War, que recaudó más de 2000 millones de dólares en 2018, de estrenarse hoy, cuando todo funciona peor. Iríamos incluso en este momento, de forma masiva. Fuimos entonces no porque el cine rindiera mejor: fuimos porque el movimiento marvelita de hace 5 años no estaba agotado, ni tampoco confuso. Hay una cuestión fundamental que analizaremos más tarde: no se trata únicamente de que menos personas vayan al cine, se trata de que, de nuevo generalizando, las películas, desde hace tiempo, gustan menos. Pasamos a lo siguiente.

La estrategia de Marvel más allá de las películas

Reparto de Loki

Cuentan que en esa reunión también se debatió largo y tendido sobre la viabilidad de la estrategia que Marvel tomó hace unos años: extender sus historias, sus personajes y su Universo más allá de las películas en la gran pantalla. Esta decisión dio como resultado que el año pasado se estrenasen, entre películas y series (evidentemente más largas y con más recorrido en el tiempo), seis obras con el sello de Marvel. De nuevo un poco de contexto: entre mayo de 2013 y julio de 2015, en más de daños que duró la Fase 2, se estrenaron el mismo número de obras, y solo eran películas.

Se empezó a hablar de la fatiga superheroica en un momento bastante inoportuno: cuando Marvel estaba cerrando su saga Infinity, cuya última película, Spider-Man: Lejos de casa (2019), recaudó más de 1000 millones en todo el mundo. No existía por entonces esa fatiga, aunque claro que ya había quien se estaba bajando del carro porque teníamos con nosotros una veintena de películas y llevábamos una década con esos personajes. Pues sí, podía agotar a ciertas personas pero, no, no existía una fatiga superheroica generalizada. Apenas teníamos tres estrenos al año, bien repartidos, bien conectados entre sí. Con la llegada de las series todo dio un giro radical.

Desde la llegada de las ficciones en streaming, para enterarte de todo lo que sucedía en el UCM también tenías que suscribirte a Disney+ y consumir sus series. Todo se volvió un poco más confuso, había más personajes y más tramas entrelazadas, pero sobre todo más cuestionable. Empezaba a ser demasiado. Claro que ha habido varios éxitos. Loki acaba de concluir una segunda temporada bastante aplaudida y Wandavision (2021), que fue la primera, aterrizó muy bien. Pero también ha habido fracasos sonados, como el de She-Hulk (2022), a la que además se criticó duramente por sus efectos visuales.

La calidad de estos, que ha degenerado con los años, es otro melón que abrieron los propios responsables cuando señalaron públicamente las condiciones insostenibles en las que estaban trabajando desde hacía tiempo. Jornadas de 14 horas y sueldos discutibles. Había demasiado trabajo en Marvel, porque ya no se estaban estrenando 6 obras repartidas a lo largo de tres años: se estaban estrenando 6 obras en un mismo año. Ni todas han interesado, ni todas han gustado, porque una mayor cantidad devenía en un menor tiempo invertido en cada una de ellas y por tanto en una menor calidad, ni tampoco entusiasma en exceso el camino prometido. Vamos con lo siguiente.

Jonathan Majors, una estrella problemática y la gran preocupación

Crisis de Marvel

El camino prometido conduce, en principio, hasta una gran guerra contra Kang el Conquistador, un personaje que, según se ha sostenido siempre, será aún más cruel que el Thanos que había complicado la vida (y en algunos casos arrebatado) a los primeros Vengadores. Lo de Thanos se preparó con mimo y se trabajó con tiempo: su presencia ya se incluyó en Guardianes de la Galaxia (2014) y tres años más tarde la escena post-créditos de Thor: Ragnarok (2017), una película alegre y desenfadada que dejaba un poso agradable (a pesar de la destrucción de Asgard), nos insinuaba la gran amenaza que se avecinaba. Nos enfrentamos a Thanos realmente un año más tarde, en Infinity War, asociándolo definitivamente a esa última imagen de Ragnarok y cultivando su figura a lo largo de varias películas. Mimo y tiempo.

Lo de Kang el Conquistador se anunció prácticamente a bombo y platillo, en septiembre de 2020, años antes de que el espectador tuviese que hacer frente a esa amenaza, cuando solo era un anuncio y no algo que estuviésemos viviendo. Las palabras son menos efectivas que las acciones cuando se trata de la ficción. Cuando ha tocado vivir por primera vez esta amenaza, tres años más tarde de ese anuncio, en Ant-Man y la Avispa: Quantunmanía, no ha sido para tanto. No ha generado terror, no ha impuesto su presencia como debería. Cuando llegó la hora de que Thanos se impusiera, al margen de sutilezas, y desde luego al margen de anuncios, sí logró este propósito. Están siendo caminos diferentes. Y luego está el otro problema.

En marzo de 2023, Jonathan Majors, el encargado de dar vida a Kang el Conquistador, fue denunciado y detenido por violencia de género. Un mes después fue despedido de su agencia de representación. Su participación en Loki, concluida antes de la polémica, se mantuvo, pero Kevin Feige, siempre a la cabeza de Marvel, ya se encuentra pensando en un posible sustituto. La idea de reemplazar el intérprete y mantener el personaje no es nueva en Marvel (Rhodey no ha tenido siempre el rostro de Don Cheadle, por ejemplo), pero la decisión puede ir más allá y entonces viviríamos un cambio de villano total. Es decir, un cambio de camino. Es decir, un cambio de lo planteado y desarrollado hasta el momento. Aunque la presencia de Kang, como hemos dicho, no ha sido de momento grande, ni desde luego significativa, sí obligaría a cambiar futuras películas, futuras historias y tal vez futuros personajes. Dudas y más dudas.

Estos son los problemas a los que se enfrenta Marvel. Los problemas a los que nos enfrentamos los espectadores, por todo esto, dan para otro capítulo.

La crisis de Marvel (II): mirar al pasado para entender un presente de
fatiga superheroica

La crisis de Marvel (III): expectativas y resurrecciones en un futuro incierto

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