Crítica de ‘Ariadna y las posibilidades muertas’, el libro de zombies más intimista del mercado español

Paula Peralta es la autora de una novela de zombies sin mucha acción, pero con grandes reflexiones sobre los futuros inciertos de los jóvenes.
Segmento de la portada de Ariadna y las posibilidades muertas

Cuando una persona decide leer un libro ambientado en un apocalipsis lo hace buscando acción. Caos, armas, sangre, peleas, supervivencia. Pero Paula Peralta escribió la que es, con muchas probabilidades, una de las novelas de zombies más intimistas del mercado. Porque los zombies, en realidad, no son más que un escenario. La novela en sí misma es mucho más. Todo esto es Ariadna y las posibilidades muertas.

De qué trata Ariadna y las posibilidades muertas

«Los edificios han empezado a hablar. Nos observan, con las bocas y los ojos cosidos, retorciéndose de angustia en las historias que no saben contar. Hay gigantescas equis negras en todas las paredes y los cristales de las tiendas, muebles y coches que cubren entradas y salidas»

Portada de 'Ariadna y las posibilidades muertas'
Portada de ‘Ariadna y las posibilidades muertas’.

Ariadna es una chica que a sus 22 años recién cumplidos se siente perdida. No ve claro su futuro, se siente insegura con respecto a él y le atormentan las dificultades que se le presentan en el camino. Pero por si eso fuera poco, de golpe se ve inmersa en un apocalipsis zombie.

Junto a sus amigos, Ariadna se encuentra atrapada en medio de ese caos que en un principio fue confundido con atentados terroristas. Sus planes de celebrar su graduación después de cuatro duros años de universidad se ven truncados. Ella, que nunca había pensado que el mundo fuese a terminarse antes que ella, tiene claro que ese es el final

La historia comienza con Ariadna y su amiga Lola en un coche, en medio de un atasco, pues todo el mundo trata de escapar de la ciudad. Un escenario que puede recordar a The last of us. Se refugian en casa de unos hermanos, pero ante la posibilidad de quedarse ahí atrapada para siempre, la protagonista decide marcharse a casa de sus padres. Todos los allí presentes la acompañan y lo que viven durante el road trip es lo que se cuenta en la historia.

Así es Ariadna y las posibilidades muertas

«Es una desesperación minúscula en un mar de preocupaciones reales: pobreza, racismo, sexismo, el auge del fascismo en el siglo XXI y el deterioro a marchas forzadas del planeta. La mía será tan solo una minúscula e insignificante tragedia.«

El título de Ariadna y las posibilidades muertas puede llevar a engaños y hacer pensar que ella es la única protagonista de la historia. Pero eso no es cierto; se trata de una historia coral y polifónica. Así pues, a lo largo de las páginas se conocen los puntos de vista de los diferentes personajes. Todos ellos tienen voz y cuentan lo que piensan y sienten. Esto es algo bueno, pero también un punto en contra. Porque las voces se mezclan entre ellas, aparecen a la vez, y en ocasiones es difícil distinguir quién habla en cada momento.

Pero pese a eso, se trata de personajes bien construidos, que cuentan con una intensidad propia de su edad. Que tienen profundidad y un pasado que se desgrana poco a poco y de manera sutil. Durante el road trip que hacen los amigos. Si bien no se explica de forma detallada, la autora va dejando comentarios que el lector debe captar como si fuesen las piezas de un puzle al que debe darle forma él mismo. 

En esta reseña de Ariadna y las posibilidades muertas también se debe mencionar que los personajes son muy distintos entre ellos. No solamente por lo que hace a su personalidad, sino que también son de razas y clases sociales distintas. Además de esto, en esta reseña se debe apuntar que prácticamente todos los personajes pertenecen al colectivo LGTBI+

Es, sin lugar a dudas, una novela libre de prejuicios. Prueba de ello no son solamente las características que se le ha dado a los protagonistas. Lo es, también, que los datos sobre su sexualidad se den de manera natural en momentos cualquiera. Mencionándolos de pasada, sin darle más importancia que la tienen.

El detalle que marca la diferencia en Ariadna y las posibilidades muertas

«Después de la fiebre y las ráfagas emocionales, de la pérdida parcial de los sentidos -la vista, el oído o el tacto aumentan o desaparecen de forma pendular, van y vuelven-, la persona infectada entra en un bucle al que ellos han decidido llamar paradoja. Según cuenta Gemma, en el momento previo a su conversión, recuperan el habla y cierta lucidez: vuelven, torturados»

Más allá de lo citado hasta ahora, lo que hace diferente a esta novela es otra cosa. Ariadna y las posibilidades muertas, de Paula Peralta, es una novela ambientada en un mundo apocalíptico. La premisa no es demasiado original, pero seguramente la autora no tenía intención de que lo fuera. Hay zombies, sangre, cuerpos desmembrados y machetazos. Sin embargo, no se muestran en exceso y tampoco hay mucha acción.

Lo que hace diferente a esta historia es que el apocalipsis no es más que un fondo prácticamente inmóvil. Un escenario en el que se ambienta una historia que contiene incertidumbre y terror, pero que es más intimista y profunda que eso. Es una historia de personajes. De postadolescentes que se sienten vacíos y perdidos. De un grupo de amigos que, a punto de terminar la universidad, no ven futuro para ellos.

Peralta escribió una novela en la que se ven reflejados los miedos y las inseguridades de la generación Z. Los problemas reales de personas reales que, pese a haber dedicado horas y esfuerzo a sus estudios, se encuentran con un mercado laboral limitado. También con dificultades para independizarse y construir su vida. Se habla, además, de conflictos familiares y de encuentros y desencuentros entre ellos mismos. Es la historia de unos cuantos chicos jóvenes que tratan de sobrevivir mientras curan sus heridas y dejan atrás sus demonios. 

Ariadna y las posibilidades muertas no es, por tanto, la novela perfecta para alguien que busque un libro de acción. Es una novela de personajes, de reflexiones sobre el futuro y de aprender a quererse a uno mismo. Los protagonistas no son los zombies ni las luchas contra ellos. Los protagonistas son el grupo de universitarios, sus miedos y sus historias. Sus problemas reales dentro de un mundo de ficción.

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