‘Trono de cristal’, el libro elegido de Sarah J. Maas

Análisis del primer volumen de la primera gran saga de Sarah J. Maas.
Crítica de Trono de cristal de Sarah J Maas

Cuando Sarah J. Maas publicó hace una década Trono de cristal seguramente no imaginaba que tiempo después la comunidad literaria internacional estaría esperando con ansia el séptimo volumen de esta historia. Reino de cenizas se publicará en España el próximo 27 de noviembre, de la mano de la editorial Hidra, bajo una gran expectación. Nosotros, de momento, echamos la vista atrás para rescatar esta saga literaria de fantasía juvenil que tantas buenas sesiones de lectura febril ha protagonizado. Vamos con la crítica de Trono de cristal.

Trono de cristal, el libro elegido de Sarah J. Maas

Trono de cristal, de Sarah J. Maas

Si sentimos que Trono de cristal es el libro elegido de Sarah J. Maas no es porque la autora lo haya escogido entre su ya gran catálogo, sino porque fue el primero. El primero para esta saga y el primero en general, el que colocó el nombre de esta escritora en el mundo. Nacida en Nueva York en 1986, cuenta en su haber con otro éxito internacional del que también hablaremos más adelante: la saga Acotar, serie literaria que comenzó con Una corte de rosas y espinas.

De momento, vamos con otra corte: la que Celaena Sardothien puso patas arriba. La saga de Trono de cristal está compuesta por siete libros, que pueden completarse con la precuela La espada de la asesina. Trono de cristal es el primero, y la aventura concluirá con Reino de cenizas, que estará proximamente disponible en nuestro país.

La historia y el universo creado en esta primera obra

Celaena Sardothien ha pasado un año en las minas de sal de Endovier, esclavizada por un reino en el que es tremendamente famosa. La Asesina de Adarlan, así es conocida. Por eso supone una gran sorpresa que el mismísimo príncipe de Adarlan acuda a las minas para solicitar sus servicios. El rey, su padre, va a celebrar una competición de la que resultará ganador un Campeón, cuyos servicios serán contratados por la Corona para, durante seis años, cumplir toda clase de misiones. Tras esos seis años, y después de una vida esclavizada, Celaena Sardothien podrá ser libre. La asesina acepta, con esa libertad como único objetivo.

Lo que no imagina Celaena es que la vida en el palacio de cristal le deparará sorpresas de todo tipo. Para empezar, la presencia de tres personas cuya compañía, después de años en soledad, no solo agradecerá sino que deseará. Por otro lado, aunque acude a la competición consciente de que es la mejor y puede vencer a todos los contrincantes, que son también asesinos y ladrones de Adarlan, durante su celebración deberá vencer otras pruebas relacionadas con el orgullo o la moral.

Y lo más importante: oculto bajo la mirada de todos los habitantes del palacio se esconde un mal que está acabando con la vida de todos los Campeones y al que Celaena tiene que hacer frente de maneras que jamás habría imaginado. Esta es la historia de Trono de Cristal.

Tramas, tono e intenciones

Escrito en tercera persona, con capítulos de extensión media, lo primero que debe decirse de Trono de Cristal es que es un libro tremendamente entretenido, en buena medida porque la escritura de Sarah J. Maas es muy directa. No se entretiene en descripciones, aunque sí traza un buen perfil de los protagonistas. No sucede lo mismo con los antagonistas, que no exhiben ningún tipo de gris: son negros y oscuros y todas sus intenciones son malévolas. Los diálogos entre los primeros, por tanto, son muy chulos, porque hay personalidad detrás. Cuando implica a algún antagonista, en cambio, se tornan básicos y prácticamente desechables. En cualquier caso, este defecto de Trono de cristal no empaña el buen libro que es. Un libro de fantasía que se apoya en el romance para avanzar, con giros sorprendentes y en su mayoría agradables a lo largo del desarrollo.

Aunque tiene momentos reservados para el humor, el tono de la mayor parte de la obra es más bien oscuro. La protagonista, Celaena, ha sufrido todo tipo de vivencias negativas, así que colarnos en sus pensamientos es colarse en la oscuridad. Aunque su situación y compañías, incluso ella misma, evolucionan hacia la luz, la trama oculta, que termina resultando la principal, se va volviendo más oscura a medida que avanza. Así que, sí: es un libro más bien oscuro. Las intrigas de una corte hostil y la dureza de la competición en la que participa recrudece aún más ese tono.

Es interesante un aspecto mencionado antes. Celaena participa en esa competición con la seguridad de quien se sabe mejor que el resto. Ganará, se convertirá en la Campeona del rey de Adarlan y en seis años será una mujer libre. Pero esta competición se convierte en algo más que un reto físico, porque Celaena debe atravesar todo tipo de conflictos emocionales. Algunos relacionados con su orgullo, otros relacionados con la soledad, el más emocionante relacionado con su moral y el alzamiento de una barrera construida por ella misma para mantener lejos al resto. Como se ha dicho, la evolución del personaje es evidente, y es satisfactoria de leer.

Resulta también de lo más satisfactorio el acercamiento que poco a poco va haciendo Trono de cristal hacia la fantasía. Este libro comienza con un recuerdo para el mundo perdido de las hadas y termina adentrándose por completo en la tierra de Terrassen, las marcas de Wyrd y las leyendas de figuras perdidas en el tiempo. Así que Sarah J. Maas, parece, no solo quiere contar la historia de una mujer que terminó superándose a sí misma y obteniendo un lugar más cercano al sitio que merece habitar: también es una historia sobre magia y recuperación de lo antiguo, de lo sagrado.

Expectativas y teorías para el siguiente libro, Corona de medianoche

Spoilers de literatura

Trono de cristal es tan solo la primera parte de una saga literaria que toma ese mismo nombre para reunir todos los volúmenes. El siguiente, Corona de medianoche, ya presentará una diferencia fundamental con respecto al primero: la competición ha terminado, así que Celaena, ya campeona, tendrá que salir ahí fuera a cumplir las misiones que decida el rey de Adarlan. Se espera conocer mejor el mundo creado por Sarah J. Maas, así como seguir poniendo a prueba a esta asesina que ha demostrado ser mucho más que una asesina.

También hay que seguir explorando su relación con el mundo perdido de Terrasen, una relación de la que la autora ha ido dejando pinceladas a lo largo de Trono de cristal. En los últimos compases también se descubre que el propio rey de Adarlan, el que prohibió la magia y mandó quemar todo rastro de esta, tiene amplios conocimientos de una de sus expresiones más importantes: las marcas de Wyrd. A su vez, la relación entre ambos también marcarán los acontecimientos.

Igual que sucede con el triángulo amoroso planteado por la autora. Celaena inició una relación con el príncipe heredero, Dorian, basada especialmente en la atracción y la conexión que ambos tienen. Hacia el final de Trono de cristal, sin embargo, Celaena decide cortar esa relación por la que Dorian estaba dispuesto a apostar. Al tiempo, Celaena parece comprender algo sobre Chaol, el capitán de la guardia real, durante la batalla final de la competición. Este triángulo amoroso tan evidente a lo largo de las páginas no ha terminado de explotar, y evidentemente lo hará en adelante.

Así las cosas, pocos son los conflictos y las tramas que ha cerrado Trono de cristal, más bien al contrario. De esta forma se empieza una saga literaria. Siguiente volumen: Corona de medianoche.

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