Crítica de ‘El mentiroso’, el thriller de Mikel Santiago que atrapa desde la primera página

Mikel Santiago traslada al lector hasta el País Vasco en un thriller repleto de un misterio que se resuelve poco a poco.
Fragmento de la portada de El mentiroso de Mikel Santiago

Mikel Santiago es un escritor español de thriller, novela negra y fantasía. Pese a tener otras obras publicadas con anterioridad, logró sorprender a sus lectores al lanzar al mercado El mentiroso (Ediciones B). Se trata de la primera parte de una trilogía ambientada en un pueblo ficticio de Bizkaia, aunque es una novela autoconclusiva. La trama es intrigante y sorprendente. Despierta la curiosidad del lector desde la primera página. Atrapa e invita a leer sin parar. Todo esto y más es El mentiroso.

De qué trata El mentiroso

«El tipo no se mueve. Ni parpadea. Tiene una mirada retadora, un poco petulante, como si estuviera a punto de decir: «¡Eh! ¿Y tú qué miras, idiota?»… Solo que no va a decir nada, ni ahora, ni en un millón de años. Porque está muerto. El hombre que tengo frente a mí está muerto. Nadie se pasa tanto tiempo sin pestañear, o con la boca abierta.»

Portada de 'El mentiroso' de Mikel Santiago
Portada de ‘El mentiroso’ de Mikel Santiago, primera parte de la trilogía de Illumbe.

El mentiroso es un thriller que comienza con una escena en la que Álex, el protagonista, se despierta en una fábrica abandonada junto a un cadáver. A su lado también hay una piedra ensangrentada, probablemente el arma del crimen. No conoce al hombre que yace sin vida a su lado. Además, se da cuenta de que no recuerda nada de lo sucedido. Así que hace lo único que se le ocurre: huir y tratar de reconstruir los hechos por su cuenta.

Así arranca este libro de suspense ambientado en un pueblo ficticio de la costa de Euskadi. Por tanto la acción discurre entre carreteras sinuosas, acantilados y noches de lluvia, Álex trata de averiguar qué pasó aquella noche. Pero además, van saliendo a la luz otros secretos que los habitantes del pueblo tenían bien guardados.

Así es El mentiroso 

«Un rayo estalló en lo alto, esta vez seguido de un trueno ensordecedor. Respiré hondo, sintiendo que mi estómago se lanzaba a temblar. Tenía que controlar la situación. Tenía que pensar. ¿Debía llamar a la policía? Era demasiado tarde. Habían pasado días. Y además, esa piedra ¿tendría mis huellas? ¿Qué iba a decir en mi defensa? ¿que no recordaba nada? Pero entonces ¿por qué había ido allí otra vez? El asesino siempre regresa a la escena del crimen, ¿no dicen eso?  (…) «No. No llamarás a nadie. Arreglará esto como siempre has hecho: tú solo».»

El mentiroso es un libro que engancha desde la página uno. La escena inicial es fuerte, por lo que deja con intriga al lector sobre saber si Álex será el asesino. Está narrado en primera persona por el protagonista. De esta forma se van averiguando datos de lo que sucedió aquella noche a la misma vez que él. Lo hace gracias a cada pequeño recuerdo que tiene o a cada paso que da en su investigación particular. Aunque sea lenta. Porque cabe apuntar que la novela no tiene mucha acción. Es más, el libro se desarrolla a un ritmo bastante pausado. Pero no aburre, sino que invita a leer más. 

Gracias en parte al lenguaje coloquial que utiliza, el lector pronto se ve sumergido en esta historia de suspense donde nada es lo que parece.  Los datos nuevos se van dando poco a poco. Incluso al final, cuando todo parece haber llegado a su fin, Mikel Santiago consigue sorprender. Es una novela con la que resulta fácil inventar teorías sobre quién y por qué mató a ese hombre. Sin embargo, acertar con ellas no lo es tanto.

Se trata de un libro ambientado en un pueblo pequeño, donde todos se conocen. Donde todos parecen ocultar algo. Dado que el lector pasa 478 páginas metido en la cabeza de Álex, siendo testigo de sus pensamientos, a él se le llega a conocer bastante bien. Sus luces, sus sombras, su pasado, sus miedos, sus sueños. A algunos secundarios, quizá, les falta algo de profundidad. Pero con otros, como es el caso del abuelo, resulta fácil encariñarse. Aunque no sea hasta el final cuando se sepa quién miente y en qué lo hace.

El detalle que marca la diferencia

La historia es intrigante de principio a fin. Pero quizá atrapa todavía más gracias a la ambientación, que es maravillosa. Todo sucede en el entorno de la reserva de la biosfera de Urdaibai, Bizkaia. Entre carreteras sinuosas, montañas y acantilados. 

Illumbe es un pueblo ficticio del País Vasco y es en donde sucede la mayor parte de la trama. Tampoco existe Punta Margúa, ese pedazo de tierra agrietado que se asoma al mar y en el que viven Álex y su abuelo. Pero sí se pueden encontrar en el mapa Gernika y Bermeo. También el monte Kukulumendi, aunque Mikel Santiago se ha tomado la licencia literaria de situarlo en otro lugar.

El autor detalla cada espacio por el que pasa Álex. Los robledales, las fábricas solitarias, las grietas de su casa, las pendientes del terreno, las curvas de las carreteras. Continuamente habla de la climatología. Rayos que deslumbran, truenos ensordecedores, chaparrones que calan hasta los huesos o sirimiris que silenciosamente dejan al protagonista helado de frío. 

Las descripciones son tantas y tan buenas, que el lector casi puede sentir que recorre Vizcaya. Eso, junto al hecho de que la trama despierta curiosidad, hacen de este thriller uno ideal para cualquier público. Incluso para aquellas personas que normalmente tienen dificultades para engancharse a un libro de suspense.

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Nahia Pérez de San Román
07/06/2023
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