Sin miedo a usar minutos para entender mejor a sus personajes, Por qué los dioses crearon el vino es un capítulo que explota lo mejor de esta serie inspirada en la obra de Asimov. Fundación 2×06, dirigido por Alex Graves, ahonda especialmente en la figura de Hari Seldon. Un extenso flashback cuenta muchos porqués del profesor, pero también hay acción en Trantor y en el presente de la colonia mentálica de Ignis.

Imperio no quiere compartir
La serie no está dejando mucha duda sobre la relación entre Sareth (Ella-Rae Smith) y el Hermano Día (Lee Pace). Este quería una mujer fácil de dominar pero, al asegurarse que fuera la heredera del Dominio Nube asesinando a toda su familia, ha creado un ángel de venganza. Este tópico ya ha tenido buenos ejemplos en 2023, con Ah Toy de Warrior al frente. Poner a una especie de Froilán o Victoria Federica en cabeza, sorpresa, no le ha salido bien.
Goyer, que en los podcast de cada episodio ayuda a entender el porqué de los grandes desvíos que realiza respecto a la obra de Asimov, trae aquí el espíritu original del Imperio Galáctico al frente. Es el romano, ni más ni menos, y así se comprueba cuando Cleon XVII aparece en un anfiteatro. Revive la arena como lo hizo Cómodo, honrando a una antigua emperatriz. Aprovecha para presentar a la suya, pero esta de nuevo decide no callar. Al discurso paternalista, ella le añade maternalismo. Como el aceite, queda por encima y eso es lo que más puede odiar un megalómano.

Las caras, Cleon, las caras. Eso parece pensar una Eto Demerzel (Laura Birn) que se aferra a su fe, a su plan que está por encima de la psicohistoria. Tampoco están tranquilos Descenso (Terrence Mann) y Despunte (Cassian Bilton), que ven la dinastía genética demorarse. Sareth quiere venganza y no le importa que arda lo que tenga que arder. Fundación sigue teniendo en Trantor su mejor escenario, su particular Desembarco del Rey de Juego de Tronos/La casa del dragón.
Emisarios de la Fundación
También en la capital del Imperio se encuentran la hermano Constant (Isabella Laughland) y Poly (Kulvinder Ghir). El espectáculo de Trantor les encandila, tanto como el suyo a los pueblerinos del borde exterior. Esto da lugar a diversas charlas de interés, especialmente en la boca de Verisof. Las diatribas, eso sí, las cortan la intervención imperial que les detiene. Al fin y al cabo, tendrán su audiencia.

Hober Mallow (Dimitri Leonidas), por su parte, apenas tiene metraje. Eso sí, los segundos en los que aparece dan para mucho. Su destino, encubierto, resulta ser la nave colmena de los espaciales. Aunque tengan el mismo nombre que los primeros colonos que dejaron la Tierra en los libros, aquí son la clave de la navegación de salto imperial. Que la misión de la bóveda le lleve allí concuerda con las novelas, donde ataca a una tecnología clave del Imperio Galáctico para vencer. En este caso, todo hace indicar que podrá ser capaz de dar a estos seres humanos modificados acceso a la sustancia con la que son controlados, aportándoles libertad. Ya se verá.
Tu cabeza no te pertenece
En Ignis, Tellem (Rachel House) se destapa como una villana total, confirmado lo intuido en el capítulo anterior. Eso sí, como se verá está dejando detalles de mala malísima idiota. Todo lo que Ozymandyas dijo que no debía hacerse en Watchmen, ella lo hace. De esta forma, antes de entrar en detalles, parece que va a ser una predecesora del Mulo. Donde ella acaba siendo zafia, él será taimado. El potencial que la mujer desperdicia, él lo usará sin compasión.
Más allá de teorías, la mentálica muestra muchas cartas. Su confianza es absoluta y lo que tiene montado en el planeta es una secta en toda regla. La capacidad de influir en la percepción de los otros de estos humanos es enorme. Por tanto, la trama juega con el «todo es posible», en el todo puede ser imaginado. Si los acólitos muestran cómo les salvó Tellem, la audiencia se pregunta si no son improntas insertadas por la señora. Lo mismo ocurre con Gaal (Lou Llobell) y Salvor (Leah Harvey).

El duelo entre Dornick y Tellem acaba con una oferta descarada de esta, que conlleva eliminar a Seldon (Jared Harris) de la ecuación y darle el poder a la joven. Hardin, como guardiana, se muestra intermedia entre Hari y Gaal. Así, el juego mental de la líder de secta parece dominarla por completo. Demasiado. De hecho, parece una trampa de guion. Nuestra apuesta es que, llegado el momento, el poder de la matemática que puede ver el futuro se desvelará en un giro de tipo «justo como había planeado».
El destino del nuevo Hari
En este sentido, Fundación usa un efecto cuando Tellem usa su control mental. Puede ser un mecanismo de despiste, ya que hace acto de presencia desde un punto de vista subjetivo respecto a los protagonistas. El caso es que las maquinaciones de la mentálica acaban con un Hari atrapado y ahogándose. Mientras tanto, la secta se hace pasar por él e intenta hacer creer a Gaal y Salvor que el genio ha robado la nave.
Para controlarla, hace falta que se le ceda el control a una persona y el falso Hari no lo tiene. Es muy probable que esto haga que madre e hija se den cuenta del juego al que las están sometiendo. Habrá que ver cómo se desarrolla todo, teorías hay muchas y mantenemos nuestra apuesta de que la pareja protagonista está menos controlada de lo que cree Tellem.
Seldon, por su parte, parece haber muerto. El tema es que su paso por la caverna de Kalle en el planeta minero, así como ciertos detalles sobre su mente que comenta Tellem, dan que pensar. Por un lado, posiblemente ni muera. Puede ser un androide, puede que haya nanitos que le curen, puede que su clon estuviera modificado para no poder ahogarse. También es posible que su cuerpo muera, generando un efecto mesías, pero la versión digital siguiera viva. Por ejemplo, en el Primer radiante que tanto busca la líder de Ignis. Por cierto, si no está en la mesa de la nave, escondido a plena vista, nos tragaremos nuestras palabras.
El pasado de Hari Seldon
Aunque hay muchos elementos que hacen funcionar este sexto episodio de la segunda temporada de Fundación, es el flashback sobre la vida de Hari lo que más llama la atención. Se introduce de forma algo brusca, pero luego fluye que da gusto. Sirve para conocer a Yanna (Nimrat Kaur), esposa de Seldon con la que este iba a tener una hija. La irrupción de la mujer en la vida del matemático recuerda a las novelas elaboradas posteriormente a la muerte de Asimov. En ese sentido, si no es un robot, lo parece. De hecho, Goyer ya ha dicho que Dors Venabili, el androide de las novelas, llegará a la serie.

Otra figura destaca, esa que persigue a Hari cuando una encargada imperial les da un ultimátum. En este caso, si no es otro alter ego de Demerzel, más bien del robot que la encarna, será una sorpresa. Sea como fuere, hay escenas visualmente potentes. Por ejemplo, la venganza sobre la doctora que le traiciona, muy pero que muy Breaking Bad. El conjunto profundiza por fin en Seldon. Saber de dónde viene su odio al imperio, qué le motiva, se tornaba algo necesario.
De esta forma, Fundación 2×06 es un capítulo completo. Deja muchísimas teorías abiertas, algo que debe hacer cualquier obra inspirada en esta parte de la obra de Asimov. Es un paso más en una segunda temporada que sigue mejorando con cada episodio, cobrando personalidad y jugando su propia versión de los libros sin mirar atrás.