Basada en la novela homónima de Jennifer E. Smith, la última comedia romántica de Netflix ha llegado a la plataforma para arrasar, como sucede con este tipo de producciones. Lo cierto es que La probabilidad estadística del amor a primera vista puede ser un gran descubrimiento para los aficionados al género. Dirigida por Vanessa Caswill, con un guion de Katie Lovejoy y protagonizada por Haley Lu Richardson y Ben Hardy, esta película es entretenida y tierna, incluso se atreve con una cierta profundidad. Allá vamos.
Así es La probabilidad estadística del amor a primera vista
Sinopsis de la última comedia romántica de Netflix
Hadley (Haley Lu Richardson) no suele tener batería en el móvil, llega tarde a todas partes, tiene tres miedos y un gran problema cuando pierde el avión que debe llevarle a Londres para celebrar la boda de su padre. Oliver (Ben Hardy) también tiene tres miedos, las matemáticas como refugio y una vida mucho más ordenada que la de Hadley, con quien, sin embargo, comparte una significativa primera mirada en el aeropuerto de Nueva York.
Su primera cita transcurre en un avión y todo marcha increíblemente bien: conectan, se entienden, se sinceran, se gustan. Pero, al llegar a Heathrow, la imprevisible vida de los aeropuertos les separa. La probabilidad de volver a verse es mínima y entonces ya no importa tanto el destino sino las decisiones que tome cada uno para encontrarse de nuevo.
Una tierna película sobre el destino y las decisiones que tomamos

La probabilidad estadística del amor a primera vista es una película, nos cuenta la narradora al principio, sobre el destino. Así lo parece: dos personajes se conocen tan de casualidad que solo puede ser obra de algo más grande que nosotros mismos. Pero termina siendo una película sobre las decisiones que tomamos para hacer de ese destino algo valioso. Es una de las virtudes de esta historia: la sensación que le queda al espectador de que la vida está en sus manos.
Con la narradora interviniendo en prácticamente todas las escenas, esta comedia romántica es entretenida en su mayor parte y tierna casi en su totalidad. Cuenta con todos los elementos necesarios para que funcione una obra encajada dentro del género y otra gran virtud: la intimidad y complicidad que surge entre los personajes, sin ser especialmente carismáticos (su principal defecto), resulta creíble. Todo pasa en poco tiempo, pero se siente real porque sobre ellos planea esa magia del “cuando conectas, conectas”. No apuesta por situaciones forzadas ni tampoco histriónicas. Es, en general, bastante serena, incluso sobria, pero puede arrancar más de una sonrisa.
Por otro lado, hay que destacar que la historia de los dos protagonistas puede quedar en un segundo plano teniendo en cuenta que esta película ofrece como complemento otra historia más conmovedora, aunque menos significativa teniendo en cuenta el tema que nos ocupa (destino vs decisiones), que puede llegar a quedarse en el corazón de quien la está viendo.
Con todo esto, La probabilidad estadística del amor a primera vista gustará a quien guste de las comedias románticas sosegadas que lo apuestan todo a la sensibilidad tanto de la historia como del espectador que va a presenciarla. No es una mala película, pero no es para todo el mundo.