The clone wars, Rebels y ahora La remesa mala han marcado la era Dave Filoni. Star wars: The bad batch temporada 2 remarca los rasgos positivos y negativos de las creaciones al amparo del supervisor de Lucasfilm Animation. Con una cadencia en crescendo, que gana en dramatismo con el pasar de los episodios, responde al espíritu de fan que caracteriza a su creador. Sin embargo, no pocas veces se embarulla en capítulos que repiten fórmulas ya demasiado vistas.

Un producto hecho para el fan
Siguiendo al estilo narrativo de sus predecesoras animadas y de The Mandalorian o El libro de Bobba Fett en lo animado, la segunda temporada de La remesa mala mezcla capítulos episódicos y de metatrama en sus 16 entregas. De alma infantil, sigue siendo un producto para todos los públicos pero de la que los fans de Star wars sacarán más provecho.
Los easter eggs pueblan aquí y allá Star wars: The bad batch. Cabe remarcar la habilidad que vuelve a mostrar el equipo de guion, en esta ocasión liderado por Jennifer Corbett, para que no importe que se sepa qué ocurrirá en el futuro. Las producciones de Filoni saben lidiar bien con esto y se dedican a rellenar huecos. Aquello de que importa más el durante que la meta se cumple.

Sin embargo, la cantidad de lore o volver a ver a personajes como Cody a veces no compensa. Cuanto más se aleja de la metatrama, más predecible se vuelve The bad batch. Justo al revés que The Mandalorian, especialmente para la legión de seguidores que no sigue Star wars sino a Mando y Grogu. Se nota especialmente en los episodios de Crosshair. Su aire oscuro, de edgelord incluso en la primera temporada, se atempera. Así, logra generar momentos de alto interés para la saga.
Cuanto peor, mejor
Sirva el parafraseo a uno de los mayores generadores de memes de nuestra era para describir una tendencia preocupante en Star wars. El lado luminoso, el de los héroes, puede ser todo lo noble y majete que quiera. Sin embargo, es el oscuro el que más atractivo tiene. Los villanos de este universo ficticio suelen llevarse las miradas. Son los que sustentan el interés de las tramas.

En el caso de The bad batch temporada 2, Crosshair y sus vivencias son las que sirven como puntal. El exmiembro de la fuerza clon 99 traicionó a la misma en pos de seguir siendo un servidor del statu quo. Para su desgracia, este le traiciona. Moff Tarkin, el emperador y el doctor Hemlock, malo principal de estos 16 episodios, no tienen intención de aguantar los fallos de los chips de control de los clones. Debido a esto Crosshair sigue un, también típico de la franquicia, arco de redención.

Cabe destacar también un par de elementos. Por un lado, la historia de la senadora Chuchi y Rex, a pesar de que se resuelva con total previsibilidad. Por otro, el personaje de Emerie Karr. La mujer llega para meter misterio en torno al porqué de la existencia de Omega.
Todo concluye con un final de temporada en la que todo le sale mal a la remesa mala. Una conclusión satisfactoria y con muerte impactante incluida. También con una traición muy parecida a la de Lando en la trilogía original. Con ella se aleja de la infantil sensación de invulnerabilidad. Esa que inunda los encargos de Cid o en el arco de Pabu.
El potencial futuro de La remesa mala
El puntito de madurez que se contempla al final de esta segunda temporada de The bad batch sienta los cimientos para que el producto avance. Al igual que le pasó a The clone wars y Rebels antes, está en el punto de ponerse algo más seria. No quiere decir esto que deba dejar atrás su alma infantil. Sin embargo, el propósito de desvelar qué ocurrió con los clones tras la imposición del Imperio comienza a requerir una resolución. Seguir con los arcos de Rex y la senadora Chuchi, ahondar en Emerie Karr o en los planes de Hemlock.

Aunque el destino de los clones no está claro, se intuye que puede tener que ver con el desarrollo de los soldados oscuros. Esos droides que muestra Gideon en The Mandalorian tuvieron en el antiguo canon, Legends, sus primeras versiones en cyborgs. Los paralelismos con la mencionada serie, merece la pena reincidir, son enormes. Ambas se sitúan en un momento en que se sitúan tras un cambio de gobierno galáctico. Además, sus segunda y tercera temporadas respectivamente han generado dudas. También comparten la temática paternofilial o el asunto de la clonación del emperador.

A pesar de lo repetitivo de ambas en sus capítulos episódicos, Star wars: The bad batch está dirigida a un fan veterano de la franquicia. Mientras tanto, las aventuras de Mando tienen un target mucho más generalista. Así, la paciencia con los rodeos para crear universo en la primera no penalizan como en la segunda. Con todo, centrarse en contar una historia concreta es algo que el guion de La remesa mala pide. Focalizar como hizo Andor. Lucasfilm parece estar por la labor, con sus planes de generar menos pero mejor. De esto se puede beneficiar una serie cuyo apartado artístico está más que asentado.