Tras las emociones a flor de piel del tercer episodio de TLOU tocaba volver al viaje de Joel (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsay). The last of us 1×04 tira de transición para desarrollar la relación entre los protagonistas. También ofrece un primer vistazo a una facción humana más allá de la FEDRA. Titulado Por favor, no me sueltes la mano, está dirigido por Jeremy Webb.
Como siempre, recordamos que este artículo está realizado desde la perspectiva de alguien que no ha jugado al videojuego en que se se basa la serie.

Chistes malos para ablandar a Joel
Eliie es la representante de la comedia en The last of us. La adolescente sigue siendo igual de preguntona que siempre, pero además ha encontrado un libro de chistes malos. Un arma que en sus manos se torna de destrucción masiva. A lo largo de este cuarto episodio se puede ver como con ello logra derrumbar los imponentes muros que Joel pone a sus sentimientos.
Aunque vaya de tipo duro, la transición al cariño hacia Ellie parece estar acelerándose a pasos agigantados. Se queda la noche en vela para que esta descanse tranquila y hasta le habla de Tess. La serie está optando por saltarse pasos para llegar escenarios a los que todo el público, haya jugado o no al juego, sabe que se llegarán.

La unión entre Joel y Ellie tiene otros puntos clave. Uno de ellos es la curiosidad de la chavala. Aunque saque de quicio al veterano superviviente, le ayuda a abrirse. Por otro lado, transforma a la adolescente en una representante de la audiencia que no conoce este universo. Cerrando al círculo, además de explicativas, las ocasiones en que esta hace notar que no conoció la realidad preapocalíptica resultan francamente graciosas.
Protección frente al horror
En todo caso, Joel ve a Ellie como a alguien que no tiene que ser como él. Politraumatizado, conoce el efecto que causa acostumbrarse a hacer cualquier acción para sobrevivir. Lo que es matar, lo que es robar, lo que conlleva acabar con inocentes. The last of us, en este cuarto capítulo y en anteriores, insiste en ello. En el horror del conflicto, en temas que suele tratar el cine bélico, con claros ejemplos como Apocalypse now o Ven y mira.
Lo malo es que el personaje de Pascal no sabe expresarse muy bien. Tanto se ha protegido que le cuesta no ser opaco. Ellie no duda en hacer chanza de ello, pero muestra aprecio de fondo por el intento. Ella también tiene elementos del pasado que ocultar.

La violencia en torno a la que vuelan estas cuestiones es una efectiva escena de acción. Protagonizada por una milicia de Kansas City, lleva a Joel a matar a dos asaltantes que les habían emboscado. Ellie, haciendo uso del arma que había ocultado, salva a su protector de un tercero. No hay regañina, sino admiración por parte del adulto. Resalta el patetismo total del último miliciano al intentar que no lo rematen.
Aparecen más humanos
La mencionada milicia es la primera facción de supervivientes que aparece, sin contar a la FEDRA. Se trata de un grupo rebelde que ha acabado con el gobierno tiránico de esta en la ciudad de Kansas. La lidera Kathleen (Melanie Jayne Lynskey). El toque suave que le da la actriz es esencial para transmitir que es una persona normal obligada por las circunstancias a ser pragmática.

Pese a ello, muestra que está obsesionada con la venganza. Por ello, en su búsqueda del hombre que llevó a la muerte de su hermano, un colaboracionista llamado Henry, no duda en tomar decisiones terribles. Por ejemplo, matar a sangre fría a su antiguo médico de cabecera. O, pero todavía, obviar que los infectados están avanzando por el subsuelo de la ciudad.
Sin saber quiénes son Joel o Ellie, los toman como mercenarios o servidores del antiguo régimen que dominaba Kansas. Cabe mencionar que el mejor sabueso de Kathleen es Perry (Jeffrey Pierce), un tipo duro. No sería extraño que se las viera con Joel. De momento, este deberá enfrentarse a un jovencito (Keivonn Montreal Woodard), a buen seguro familiar de Henry, que aparece para cerrar el capítulo de una forma demasiado típica, floja.

De esta forma, el cuatro episodio de esta primera temporada de The last of us baja las pulsaciones de la serie un tanto. De nuevo sin cold opening y de duración más moderada que el piloto o el tercero, sigue resultando entretenido. Entre paisajes urbanos y de gran trayecto, viendo cómo los bisontes han vuelto a prosperar, la producción de HBO continúa sus andanzas.