Tras un buen arranque de temporada, Warrior 3×04 logra mantener la alta velocidad de crucero que la serie posee desde que echara a andar. Titulado In Chinatown, No One Thinks About Forever y dirigido por Dinh Thai, lleva a varios de sus personajes al límite. Al fin y al cabo, estos se la están jugando una y otra vez. Es lógico, por estadística, que las caras den paso a las cruces.

La desgracia de Ah Toy y Nellie
El final del tercer episodio todo lo bueno que le había pasado a Ah Toy (Olivia Cheng) se vino abajo en un santiamén. Nellie (Miranda Raison) fue asaltada en su finca por hombres de Douglas (Adam Rayner). Varias exprostitutas murieron y muchas solo se salvaron por la capacidad asesina de la madame y su aprendiz Lai (Jenny Umbhau).
A punto de romperse en varias ocasiones, pero siempre aguantando, parece que por fin ha quebrado. Ha intentado ir por el lado bueno pero no ha podido. Por eso, en una decisión arrebatada decide volver a Chinatown. Allí se encargará de ponerse una máscara y proteger a sus chicas. Ni siquiera acepta la ayuda de Ah Sahm (Andrew Koji).
Nellie, desde luego, está siendo superada por Douglas. En el juicio, este arrasa a la pobre. La vía legal no parece que vaya a ser la solución ni de ella ni de su enamorada. Mientras se espera a que llegue el momento de la violencia, se puede contemplar cómo el magante se desarrolla como villano guay. Su objetivo es un Leary (Dean Jagger) que sigue transformándose en un político. Habrá que ver cómo hace frente a Buckley (Langley Kirkwood), que está en busca del amor. Un giro inesperado este, pero de interés.
Un mundo de hombres y racistas
Mai Ling recibe también su dosis de realidad. Li Yong (Joe Taslim) y Kong (Mark Dacascos) son conscientes de que sus aventuras en el mundo de los blancos no es algo muy acertado. El amante de la líder Long Zii es inteligente y cree en sí misma. Quizá, demasiado. De momento sus subalternos se limitan a cubrirle las espaldas. Ser el tong más importante de Chinatown requiere este tipo de compromiso.
Eliza (Jazzara Jaslyn) y su marido comienzan el cuarto episodio de esta tercera temporada de Warrior con una renovada buena actitud. Eso sí, él no tarda en demostrar que es un cerdo. Para lo único que quería establecer contacto con la inmigrante era para tirársela. El problema es que intenta besarla en una reunión en la que participa su mujer, cuando esta se ausenta.
Queda claro que Mai Ling le rechaza, se puede ver. Sin embargo, Eliza llama a la policía y la mujer china es detenida por incitación al crimen. Adulterio y esos temas. Jugar a las misiones con expatriados es un asunto, que tu marido se sienta atraído por una inmigrante otra. La líder del tong quiso volar alto. No tuvo en cuenta que su inteligencia, o hablar inglés, no es nada ante el machismo y el racismo de la sociedad en la que intentaba colarse.

Las complicaciones de que la policía trabaje
Lee (Tom Weston-Jones) y Mosely (Nick Cordileone) investigan como si fueran polis de verdad. Una rara avis en el mundo estereotipado de Warrior. Bill (Kieran Bew) es el único que echa de menos a Richard en la comisaría. Al sureño no le cuesta casi nada seguir el rastro de billetes tan estúpidamente dejado por Joven Jun (Jason Tobin). La promesa de violencia hace que Atwood (Neels Clasen) se apunte al asalto a la sede Hop Wei, donde creen que estará la plancha.
La zafiedad del ataque, de frente y sin mucho sentido, permite que Ah Sahm y Yan Mi (Chelsea Muirhead) puedan escapar. Gracias a ello se puede disfrutar de la gran escena de acción del episodio. En plena lluvia, el protagonista machaca a varios policías. La muchacha pone su parte. El juego de sombras y la coreografía ejecutada está a la altura de lo esperado en Warrior.
El racismo actúa a favor de Ah Sahm y Yan Mi, porque los polis a los que han pegado no sabrían diferenciarles del resto de chinos. Cabe señalar que el truco de quitarse el chaleco del prota para que se sepa que es Hop Wei es barato.

Una serie que avanza con paso firme
La resaca del asalto es tremenda. Por un lado, Joven Jun recibe una gran paliza de Atwood y es detenido cuando entra en sus provocaciones. Se encontrará con Mai Ling en la cárcel. Por un momento parecía que sería Hong (Chen Tang) el que iba a reaccionar frente al jefe de policía. Hubiese sido triste, pues el soldado Hop Wei está encontrado su espacio junto a su amante.
Por otro lado, Ah Sahm y Yan Mi por fin rompen su tensión sexual. Con Penny fuera de escena, la brava joven ha logrado hacer mella en el héroe de Chinatown. De hecho, está siendo parte clave en la evolución del personaje de Koji. Ella le hace cuestionarse por vez primera si hay vida más allá de San Francisco, del barrio, del tong. El que echen un polvo era algo obligado, lo interesante es el resto.
La posición en que queda Warrior tras su cuarto episodio, listo para llegar a la mitad de la temporada, es favorable. Esta nueva entrega sigue mostrando acción de gran estética, como John Wick, y al tiempo logra seguir desarrollando a un ecléctico grupo de personajes que llevan construyéndose desde las dos anteriores. Sin duda, se sigue consolidando como una de las mejores series recientes de HBO junto a From.