Crítica de ‘Warrior’ 3×08, cómo ser la jefa de Chinatown

Mai Ling ha tirado por la vía de 'El padrino' en este episodio.
Fotograma de Warrior 3x08

La esperada boda de Mai Ling (Dianne Doan) ha llegado y ha traído con ella un capítulo bastante cargado de movimiento. Tensión había habido a lo largo de toda la temporada 3 y ha sido ahora cuando ha estallado. Quedan dos episodios más para que se puedan ver las consecuencias a corto y largo plazo. De momento, Warrior 3×08 ha tenido una pelea de las gordas, intriga y muertos por doquier. Vamos, que Debes saber cuándo estás perdiendo una pelea, dirigido por Dennie Gordon, es todo lo que se pide a esta serie.

Aviso spoiler 'Warrior'

Mai Ling no le tiene nada que envidiar a Michael Corleone

Muchos personajes han tenido su cuota de pantalla pero es la líder de los Long Zii la que tiene el mérito de protagonizar el capítulo. La boda en sí, que parecía que iba a tener un peso mayor, no ha sido tan explosiva como podría parecer. Buena parte del reparto se ha podido unir, eso sí, e intercambiar alguna que otra frase. En lo que toca a Mai Ling, y al esposo Li Yong (Joe Taslim), la política interna no se ha quedado fuera del menú.

Era previsible que los ancianos del consejo del tong movieran ficha. Lo hacen, poniendo de nuevo a prueba al novio. Kong (Mark Dacascos), una suerte de portavoz, el que pide a su amigo que controle a la jefa. La peligrosa ambición de la joven tiene nerviosos a los líderes menores, no es para menos.

El guion juega bien con los tiempos, dejando ver que la decisión de Li Yong en próximos capítulos será la que lleve a un desenlace dramático para Mai Ling o para el consejo. Sin embargo, en una secuencia que tiene mucho de la del bautizo de El padrino o de la Layla en Uno de los nuestros, la mafiosa se quita de en medio a sus enemigos. El montaje entremezcla la consumación del matrimonio de los novios con los asesinatos de aquellos que planeaban quitarse de en medio a la hermana de Ah Sahm (Andrew Koji).

Li Yong vs Kong, un duelo de altura

Mark Dacascos es un veterano del género de acción y por ello se esperaba una gran escena de su personaje, Kong, en esta tercera temporada de Warrior, tal como hiciera en John Wick 3. Ha llegado en este octavo episodio, en un combate contra Li Yong. La masacre de Mai Ling no fue un pleno porque el veterano luchador fue capaz de sobrevivir. Furioso, acude a vengarse de su líder.

El problema es que en medio está Li Yong. A lo largo de los episodios se ha dejado muy claro que este momento iba a llegar. Un servidor, el protector de Mai Ling no quiere enfrentarse a su maestro ni dejar que este mate a su amor. De esta manera, la contienda es intensa y dramática. Se trata de una pelea como las que caracterizan a esta serie, coreografiada con mimo y con un gran trabajo de cámara. La continuidad de la acción es notable y el desarrollo de la pugna tan verosímil como en temporadas anteriores. No se alarga con intercambios exagerados, cada golpe tiene efecto, hace daño.

Como era de esperar, porque el escudo de guion sobre Mai Ling es demasiado grande, el vencedor es Li Yong. Esta ha logrado ganar a sus conspiradores pero, al tiempo, también perder la confianza de su marido. El pobre personaje de Joe Taslim acude a Chao (Hoon Lee) para que repatrie el cadáver de su amigo y mentor. Las consecuencias pueden ser graves para los Long Zii, que debido al ansia de poder y dominio de su jefa puede haber perdido parte de la enorme ventaja que llevaba con sus rivales.

Joven Jun y Ah Sahm, camino de colisión

Yan Mi (Chelsea Muirhead) y Ah Sahm son la otra pareja del momento, aunque no para bien. La maestra de imprenta ha logrado enamorar al héroe de Chinatown y acercarle más que nunca a creer que puede vivir sin servir a nadie. Una cuestión peliaguda que Mai Ling ha cazado al vuelo y de la que avisó a Joven Jun (Jason Tobin).

La senda narrativa que está recorriendo la relación entre el soldado Hop Wei y su líder, que se consideran hermanos, es muy parecida a la de Li Yong y Mai Ling. Diferencia a ambas un hecho recalcado por Padre Jun (Perry Yung): Ah Sahm no es un seguidor sino un líder, a diferencia de su contraparte en el clan Long Zii. El anciano sigue delirando a ratos, pero encuentra momentos de claridad como este. Compartido con su hijo, a la que vuelve del bodorrio, compone una de las escenas más destacadas del episodio.

Pese a este lapso, Padre Jun sigue mostrando un grave deterioro mental. Tanto que está a punto de matar a su hijo. Joven Jun está harto y su mirada no augura nada bueno para Ah Sahm, que fue el responsable de que el antiguo líder fuera herido en el capítulo sexto. El protagonista, por su parte, se muestra leal a Yan Mi. Sigue siendo cristalino con ella y le comunica que el jefe de ambos está dispuesto a quitarla de en medio en cuanto alguien más sepa manejar la imprenta.

La boda para Lee, Chao y Ah Toy

Si alguien se enamora en Warrior, lo normal es que lo pase fatal. Es lo que le está ocurriendo a Li Yong y lo que le ocurrió a Ah Toy (Olivia Cheng). La madame acude a una boda en la que se siente muy sola. Su mejor amigo, Ah Sahm, está colado por Yan Mi y Mai Ling es la novia. Sometida a la venganza, dejar de lado a Nellie parece estar pasándole factura, lo que tendría lógica. En todo caso, sus dotes marciales salen a relucir cuando por fin da cuenta del proxeneta que la lleva amenazando varios episodios.

Chao y Lee (Tom Weston-Jones) tienen un vínculo profundo tras el secuestro que vivieron, pero no tanto como para que el policía convenza al comerciante de que le ayude. Se lo deja claro cuando charlan, juego de acentos mediante, en el convite. No obstante, el ojo de águila del sureño funciona y detecta un punto clave: Yan Mi. Tras otear a la chica con Ah Sahm, decide investigarles. Las derivadas de este movimiento pueden poner el arco del protagonista muy interesantes.

No es ya solo Joven Jun quien amenaza a Yan Mi. Que Lee la use como pieza para desarticular la trama de falsificación de dinero puede hacer que Joven Jun adelante sus planes para deshacerse de ella. Peor todavía, que se convierta en una soplona. El futuro de la joven pinta mal, aunque con Ah Sahm como protectora tiene una posibilidad de cumplir su sueño de largarse de San Francisco.

Los irlandeses tienen sus propios problemas

Transformarse de matón a político es más complicado que el camino inverso. Que se lo digan a Leary (Dean Jagger). El irlandés sufre porque no está en su terreno, pero persevera. Douglas (Adam Rayner) sigue aconsejándole y el sindicalista continúa dejándose guiar. Así, comprende que no merece la pena gastar los favores que le debe un recién elegido alcalde Buckley (Langley Kirkwood), más xenófobo y racista que nunca, en que suelte a los ladrones que casi la lían en el episodio anterior.

Estos chavales, que entraron a robar en Chinatown, han liado una buena. La comunidad irlandesa exige que les traten con suavidad y Atwood (Neels Clasen) no está por la labor. Racista con todos, odia tanto a chinos como irlandeses. Leary está a punto de darse por perdido cuando encuentra una cuerda a la que agarrarse. Bill (Kieran Bew), que por fin está pasándose al papeleo en su empleo pero está hasta las narices de que le traten de imbécil, coincide con él en el pub.

Decidido a hacer valer su influencia policial, ambos van a la comisaría. Allí, el guion deja un momento que puede ser un poco absurdo, pero que queda muy chulo en pantalla. Atwood pilla a Bill y Leary liberando a los hermanos ladrones, pero en vez de detenerles desafía a su antiguo colega a un duelo. Pura testosterona. O’Hara y el jefe de policía protagonizan un combate mucho menos elegante que el de Kong y Li Yong. A puñetazos, con más gónadas que técnica, se untan de lo lindo hasta que el comisario decide hablar más de la cuenta y pierde por no rematar a su oponente.

Muchos dramas a la vista

Li Yong devastado por haber matado a su amigo. Ah Sahm entre el amor y el deber. Bill en vísperas de ser arrestado por machacar a su antiguo jefe. Lee a punto de tirar la red de falsificación. El consejo Long Zii muerto. Chinatown está a punto de vivir sucesos convulsos, con vacíos de poder claro. Además, fuera de esta, Lai (Jenny Umbhau) ha logrado colarse en casa de Douglas encubierta como una limpiadora.

Nadie está a salvo, excepto Buckley, tras Warrior 3×08. Una sensación que no se percibe como gratuita y que se ha construido sin prisa pero sin pausa, sin aburrir. Desde los primeros episodios hasta este, se ha generado una tensión que se ha hinchado hasta que ha llegado el instante de pinchar el globo. Lo más probable es que el noveno capítulo deje un final muy dramático para dar paso a un season finale en el que varios personajes tengan que elegir entre una u otra lealtad. En todo caso, la octava entrega es tan solida como el resto de la temporada.

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