Cada vez que suena la sintonía de esta serie se sabe que va a haber una buena hora de televisión por delante. El season finale de la tercera temporada, Warrior 3×10, no ha sido menos. De hecho, como diría M. Rajoy, ha sido más. Se notaba que la ficción se estaba reservando para este Una puñetera ocasión de oro los fuegos artificiales. Con Loni Peristere dirigiendo, ha habido sangre y drama por doquier en la Chinatown de San Francisco.

Dos batallas para Ah Sahm
El protagonista había decidido traicionar a los Hop Wei en el anterior capítulo. Tras dos temporadas de lealtad total, en el inicio de esta tercera ya se había visto que estaba dudando. En el capítulo de los alemanes se confirmó que tenía agenda propia y con la amenaza sobre Yan Mi (Chelsea Muirhead) tras la boda de Mai Ling (Dianne Doan), el vaso se colmó de gotas.
El asalto policial a las placas de impresión no llega de inmediato. Warrior va saldando cuentas, ya se hablará de ello, hasta que se llega a la triple amenaza. Chao, para salvar el pellejo, había metido en el ajo a la banda del fallecido Happy Jack. Hop Wei, policía y afroamericanos acaban matándose entre ellos. Disparos, artes marciales y cuchilladas rastreras se suceden entre sombras.
Ah Sahm (Andrew Koji) acaba cumpliendo con Lee (Tom Weston-Jones) tras demostrar que es un crack de las tundas. Ambos se fían el uno del otro, tienen su honor. No extraña a nadie que haya visto la serie desde el principio. Pero es Hong (Chen Tang) quien realmente salva a su jefe. Baja la guardia, el héroe de Chinatown recibe un porrazo. Sin embargo, su compañero le salva el pellejo y le lleva al cuartel general del tong.
Asalto al distrito Mai Ling
Resulta gracioso ver cómo Ah Sahm se confunde cuando Joven Jun (Jason Tobin) le cuenta que van a acabar con una mujer. Piensa que es Yan Mi, pero el líder de los Hop Wei habla de su hermana. Le da la opción de quedarse a un lado. Solo tiene que apartarse y elegirles a ellos. sus hermanos, en vez de a Mai Ling.
Durante toda la temporada se ha cocinado este momento. Los personajes importan, todos son unos capullos pero se les conoce. Por tanto, la perspectiva de que Ah Sahm traicione a sus colegas de delitos duele. En realidad esto supone ir por un camino honesto, pero la ficción se ha hartado de hacernos empatizar con verdadera escoria criminal desde el principio de los tiempos.
El resultado del asunto es la mejor pelea del episodio. Homenaje total a Bruce Lee (el puñetazo a Hong), al principio son los soldados Hop Wei los que atacan a su antiguo superior. Cansado, evitando matarles, Ah Sahm acaba enfrentado a Hong y Joven Jun, que se estaba echando un pitillo. Su superioridad es manifiesta, pero se ve la contención. Abrazada la violencia, Warrior ha sabido encontrar en ella una forma de expresión. El aliento se contiene, a la espera de que no haya un golpe de gracia mientras el protagonista despacha, no sin acabar hecho trizas, a sus antiguos hermanos.
Mai Ling, por su lado, se defiende a balazos de los Hop Wei. Es una suerte para ella que no les gusten las pistolas. Son muy tradicionales, deberían repensarlo. Pero el caso es que la chica sabe moverse en una escena de supervivencia que juega con la duda sobre si logra o no salvarse. Al fin, con Ah Sahm entrando medio muerto en el complejo Lang Zii, ambos se abrazan. Han pasado tres temporadas para que, al fin y de verdad, los dos se hayan reunido.
El destino ganado de Douglas
Lai había muerto intentando vengar a sus compañeras muertas. Douglas (Adam Rayner) venció a la niña por pura fuerza. Hábil en el duelo, estaba claro que no aguantaría ni un asalto contra el ángel de venganza en que se había convertido Ah Toy (Olivia Cheng). Junto a Nellie (Miranda Raison), que desde luego no es la mejor vigilando, acaba poquito a poco con el empresario. Es una pena, daba mucho juego, pero aquí Warrior decido no innovar y, por una vez, dejar ganar a la madame sin demasiada historia.
Leary (Dean Jagger) estuvo a punto de sumarse al asalto. Una verdadera lástima que no se diera el extraño equipo. Bill (Kieran Bew), que ata cabos cuando encuentra la escabechina generada por el irlandés en el capítulo anterior, logra pararle. En casa de Douglas, ve a Ah Toy con su espada en el pecho del ricachón, pero no es eso lo que preocupa a su compatriota.
Al sindicalista lo que le interesa es que no le carguen el muerto. Aplicando una lógica que sorprende, convence a Bill de deshacerse del cuerpo. De otra manera, acabaría culpado por la muerte, por mucho que declarara a su favor el jefe de policía. Leary además demuestra que las lecciones de Douglas han surtido efecto. Con ellas logra, más tarde, un nuevo aliado comercial que le beneficia a él y a sus vecinos irlandeses.
Por suerte, no hay desastre sobre Bill. Cuando a un personaje le va muy bien, suele morir. En este caso, pasa al revés. El bueno de O’Hara ha encontrado el equilibrio entre la norma y la corrupción. Eso le ha granjeado la confianza total de Leary, pero también la de Lee. Ambos volverán a ser pareja laboral.
San Francisco no será el mismo
Hay más historias a lo largo de este San Francisco políglota que trufan un final de tercera temporada muy completo. Chao (Hoon Lee) es el personaje que más en la cuerda había estado y, al final, su neutralidad se le ha vuelto en contra. Cumple con Ah Sahm y ayuda a Yan Mi a irse. Ojo, que hay gestitos que podrían hacer entender que ella está esperando un hijo. Pero la especulación va más allá. En una escena clásica de estación, reaparece Zing (Dustin Nguyen) para vengarse. Varias cuchilladas dejan al mercader moribundo. Si no se ve a un personaje en una caja de pino, o rematadísimo por su asesino, la muerte es solo relativa, pero aquí el destino del pobre parece sellado.
Buckley (Langley Kirkwood) decide al fin declararse a Catherine (Dominique Maher). La señorita conservadora y racista siempre generó rumores entre los fans. No parecía trigo limpio. En una transición la mar de curiosa, tras una escena de Ah Sahm y que parece que llevará a un flashback, se puede ver cómo alguien le está dando una buena dosis de lengua bajo las sábanas a la mujer. No es el alcalde, sino su jefe de campaña. Además, se deja caer que los Blake/Mercer son las responsables de la trama. Sophie, y puede que incluso Penny, podrían tener un retorno memorable de haber temporada 4.
Otro nuevo actor es Li Yong (Joe Taslim). Abandonada Mai Ling, se alza como nuevo líder en una escena muy molona al inicio de los créditos finales. Los restos de los Long Zii, que dejaron el clan tras las acciones de su lideresa, se unirán al que hasta ahora siempre ha sido el luchador más letal de la ciudad. Digno de mención, también, la secuencia opuesta, al inicio del episodio, de su mujer. Calmada, visita a la amiga que le traicionó. El guion juega con la sensación de que no va a darle un consejo, sino a liquidarla. Pero esa rotura de tensión no llega.
Un final que casi obliga a que haya más
Los productores de Warrior han decidido en su season finale apostar a lo alto. Todo queda abierto, las alternativas son totales y la temporada 4 se hace necesaria. Sin embargo, de no ocurrir esta, el todo queda relativamente cerrado, al menos en lo que toca a esta tanda de episodios. Sea como fuere, como capítulo, el 3×10 ha sido la culminación de una temporada que no ha corrido, que ha preparado todo para dar un golpe en la mesa en su entrega definitiva. Ojalá volvamos a Chinatown.