Hay bandas sutiles pero The Who no es una de ellas. Da igual que les acompañe una orquesta. Su estilo es ruidoso, de queja, violento, prepunk. En su concierto de Barcelona, único en España, no dejaron de ser ellos. Porque aunque Pete y Roger rondan los 80 no están enterrados. Gracias a ello los fans que estuvimos allí no vimos un ejercicio de nostalgia, que también. Escuchamos, sentimos, absorbimos uno de los sonidos más propios del rock.
Orquesta y operas en The Who Hits back!
El Palau Sant Jordi no se llenó para ver la parada barcelonesa de The Who Hits back!. Fueron 8.500 aproximadamente las personas que compraron la entrada para el show. Los precios, desde luego, no ayudan. Sea como fuere, tras la actuación de Simon Townshend tocaba ver a su hermano mayor.
No miraron a My generation ni él ni Daltrey, sino que fueron directos a trabajos donde su sonido ya estaba maduro. Tommy fue el conductor del inicio del concierto, con la orquesta del Vallés como comparsa. La histórica violencia del grupo quedó atrás hace tiempo. Ni destrozan guitarras ni se pegan entre ellos. Pero los instrumentos clásicos, dirigidos por Keith Levenson y con la violinista residente Katie Jacoby, no hicieron del espectáculo uno que ver en el asiento.
La ópera rock se condensó en seis temas entre los que brilló, cómo no, Pinball wizard. Una cosa es escucharlo en Spotify o en disco, otra sentir ese jugar al petaco del chaval sordo, ciego y mudo en directo. Con el volumen alto se vive mejor y así se llegó a Who are you?, canción que tanto define el desfase continuo en que vivía The Who.
La orquesta desapareció en un segmento intermedio para regresar en el último. La narrativa de Townshend alcanzó la fama total con la otra gran ópera rock de la banda, Quadrophenia. El público, incluido el que escribe, ya estaba entregado y las movidas de mods cayeron bien. Preguntamos al doctor por nuestro yo real junto a Daltrey. Admiramos a Pete mientras The rock imponía su instrumental junto a un inspirado vídeo con imágenes históricas.
En directo se vive mejor
El mencionado espacio intermedio sirvió para revivir los grandes hits de The Who, especialmente de Who’s next. Se quedaron en las tablas Roger, Pete y su banda acompañante, en la que se encuentran el batería Zak Starkey (hijo de Ringo Starr), la teclista Loren Gold o el bajo Jon Button o la violinista Katie Jacoby.
Nadie lo admitirá, pero cuando se va a ver a gente de casi 80 años existe siempre el miedo de contemplar una sombra del pasado. Daltrey y Townshend aguantaron el tipo más que notablemente. La voz del primero se expandía por el Palau con sus necesarios gritos rabiosos, algo controlados pero que estaban ahí. Los dedos del segundo volaban por la guitarra en los típicos juegos que The Who tanto domina, bajando las pulsaciones para levantarlas después sin miramientos.
La dinámica se repitió cuando llegó el final. Porque el final llega siempre. Que se lo pregunten a Keith Moon o John Entwistle. Aprovechó The Who el aura creada para soltar un Baba O’Riley necesario. Una canción de cuando ya habían madurado un tanto, que crece y crece hasta explotar con la intervención estrella de Jacoby. No hubo bis. No hizo falta. Para qué estropear la mejor despedida posible antes de salir del Palau a respirar el aire de Montjuic y comprar una lata de cerveza mientras se piensa en que acabas de ver a The Who…