Mad Cool 2023 día 3, un final desinflado

Con lo bien que empezó, qué mal ha terminado el festival.
Red Hot Chilli Peppers que han tocado en el día 3 del Mad Cool 2023

El jueves fue como un tiro, el viernes se mantuvo a duras penas y en su tercer día el Mad Cool 2023 se ha venido bastante abajo. Todo empezó igual que siempre, con la visita a un bazar ya más que conocido y el paseíllo a la entrada regando el gaznate con zumo de cebada. Se ve a la gente con camisetas de Red Hot Chilli Peppers y la jornada final se anticipa top. La realidad será cruel.

Liam el villano

Que los hermanos Gallagher son un poco suyos, hay quien diría que algo insoportables, es tan cierto como que los fans esperamos que Oasis vuelva. Liam, el peor parado de esa pareja que recuerda a otros sonados líos fraternales como los de los Kinks, se pasó por el Mad Cool con sudadera y pantalón corto. Britaniquísimo, pero daba calor ver a ese chaval que ya es señor.

Era fácil saber cuándo tocaba las de Oasis: la gente se venía arriba. Como una función cosenoidal, el concierto subió con un arranque basado en su antigua banda, luego bajó con las suyas y repetición del ciclo hasta un final con algo de apoteosis. Champagne supernova y Wonderwall, por fin escuchada en directo y no de un brasas rándom con guitarra, permitieron que el sabor fuera dulce.

Durante todo el tiempo Liam jugó el papel de villano sobrado. Sacó a relucir la Champions del club estado al que sigue, varias veces, para nutrirse de los abucheos de buena parte del personal. En eso estaban unidos la mayoría de españoles y la colonia británica del Mad Cool. Además, la referencia futbolera era obligatoria teniendo al lado el Coliseum Alfonso Pérez. Cuando cantaba, Gallagher se comía el micro. Quería molar, pero las maracas que llevaban no ayudaban. Tampoco, repetimos, la sudadera bajo el sol que nos barría.

Saturación anticonciertos

Antes de Liam, repetimos la vuelta por la Vibra Mahou Avenue y disfrutamos un rato de Dora. La muchacha cantaba pop con soltura y no dudó en repartir unas latas al público sin abrir la cabeza a nadie. Tiene toda nuestra aprobación. Esto tiene relevancia porque entonces todo parecía bello. Los planes tras Gallagher pasaban por dar una vuelta para escuchar un par de canciones de Morgan, M.I.A. y Shinova antes de ver a Red Hot Chilli Peppers.

Por desgracia, el cronista cometió el fatal error de tener que ir al baño. El Mad Cool tiene un problema serio en este sentido y tiene que arreglarlo. El viernes ya hubo saturación y hoy, con mucha más gente, los cuellos de botella se volvieron una trampa total. Como resultado de Morgan pudimos escuchar como se despedía. A M.I.A. impensable ir a verla. Shinova tema y medio de lejos y gracias. El nuevo recinto tiene potencial, pero a día de hoy no soporta una afluencia masiva en fin de semana.

Red no muy Hot Chilli Peppers

Con algo de mala leche y cansancio de personas que se van haciendo mayores en el cuerpo, decidimos sacrificar a Shinova para asegurar un puesto medio decente en Red Hot. Los californianos son, por generación, de los más esperado para quienes recuerden los noventa y el principio del tercer milenio.

Flea, Kiedis, Chad Smith y Frusciante siguen sonando muy bien. Guitarra y bajo se retaron varias veces, lanzaban alardes que dejaban claro que saben de lo suyo. Batería y voz, pese a los problemas de sonido y las arrugas, mostraron que Red Hot Chilli Peppers conserva su toque. El problema vino de una setlist nada festivalera. Como en el caso de Liam Gallagher, solo con los grandes éxitos hubo verdadero alboroto. Estos, por desgracia, llegaron con cuentagotas. La banda estadounidense no quiso vivir del pasado de gloria que tienen y fallaron.

Tampoco ayudó que hubiese muchísima, muchísima gente. Cabe señalar, porque quizá esto influyó en que la percepción fuera más negativa, que al cronista le tocó delante un grupo hasta arriba de cristal y con una chavala a la que cubrieron para que meara dos veces. Delicioso espectáculo. Lluvias de vasos, eso sí, solo hubo dos.

Con Red Hot visto, optamos por la retirada. Lo sentimos por la electrónica de The Prodigy, pero no había ni pies ni ganas. Un cierre tan cabizbajo como esta tercera jornada de Mad Cool 2023. Siempre queda el hacer balance. El optar por recordar la energía de Robbie o The Offspring, las ganas de Kaleo y la particular energía de Queens of the Stone Age. Pero los problemas de organización no perdonan: lo que empezó como un notable ha terminado en un bien bajo.

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