Las cuestiones proféticas son una constante en Poniente y Essos. Al igual que en muchos mitos del mundo real, son guías confusas de lo que está por llegar. Vaticinios inconexos, llenos de metáforas y que llevan al error o al fanatismo, sino a ambos, a quienes se obsesionan con ellos. Si la leyenda del Príncipe que fue prometido motivó buena parte de las tramas de Juego de tronos, en la primera temporada de La casa del dragón este papel le toca al sueño de Aegon. Unas visiones homónimas a la saga literaria que inspiró a su serie madre. Canción de hielo y fuego llamaron a la profecía. Cuidado que hay spoilers de ambas series.
La misión que Aegon impuso a los Targaryen

La conquista de Poniente ha sido siempre la gran gesta que ha caracterizado a la dinastía Targaryen. Los últimos valyrios con dragones, estos nobles tan propensos a la endogamia tuvieron su epítome en Aegon el Conquistador. Junto a sus dos hermanas y esposas, así como los tres dragones que montaban, tomaron el continente del oeste casi por completo. Por gloria, sí, pero según descubrió Viserys al gran público, también por un deber profético. Parece que lo de crear legado es cosa de familia.
Es en el primer capítulo de La casa del dragón, cuando nombra heredera a Rhaenyra, el momento en que el rey interpretado por Paddy Considine le cuenta a esta que Aegon tuvo un sueño. En él, descubría que un mal vendría del norte, asociado al invierno y a la oscuridad. Sin los reinos del oeste no estaban unificados, bajo su mando claro, no habría posibilidad de supervivencia. Así, un Targaryen debía ocupar el Trono de Hierro siempre en espera al desastre. Una profecía que el primer rey de la dinastía denominó Canción de hielo y fuego y que se transmitía de heredero a heredero.
Pero eso no es todo. Una daga fue usada por Aegon para grabar un resumen de su sueño. Esto se puede ver capítulos después, cuando al ponerla al fuego cual anillo de poder revela una inscripción: «De mi sangre vendrá el Príncipe que fue prometido y suya será la Canción de hielo y fuego«. El arma es, efectivamente, la que empuñaba Zarpa de gato, el asesino que intentó asesinar a Bran y la que usaría Arya para matar al Rey de la noche.
Conectando con el culto a R’hllor

Que el conquistador de Poniente se basó, en parte al menos, en la Canción de hielo y fuego es algo que George R.R. Martin ya anunció hace años, en una actualización frente a Fuego y sangre. Pero La casa del dragón añadió elementos clave y que además casan a la perfección con la mitología del universo, pues los Targaryen huyeron de Valyrya gracias a los sueños de Daenys. Pero viajando casi dos siglos en el futuro, a Juego de tronos y la saga literaria que comparte nombre con la profecía, esta última se entronca con otra. Aquella que define el culto a R’hllor.
Melisandre de Asshai o Thoros de Myr son los sacerdotes rojos más conocidos de esta religión. Muy maniqueísta, en ella hay dos dioses. Por un lado R’hllor, el de la luz, y por otro el Gran Otro, el de la oscuridad. Su última gran lucha fue durante lo que los ponientíes llamarían la Gran Noche. En todas las culturas hay rastros de este desastre y un héroe que salvó el mundo.
Para los seguidores de R’hllor, este fue Azor Ahai, que forjó a Dueña de la luz usando la sangre de su propia esposa, Nissa Nissa. Este volverá cuando la oscuridad y el Gran Otro retornen. El nombre del mesías: el Príncipe que será prometido. O la princesa, que en Asshai el género para el término es neutro. Sí, todo suena igual que la profecía de Aegon, solo que en este caso las sostiene toda una religión, viene del lejano este y no menciona a los Targaryen en ningún momento.
Los últimos herederos de Aegon y Viserys en Juego de tronos

Con todo este tejemaneje de profecías y sueños mesiánicos, se ha vuelto a debatir quién es el Príncipe que fue prometido. Los candidatos siguen siendo los mismos que hace años, cuando Juego de tronos estaba en su momento álgido. Bueno, y ahora, porque las novelas van a tener resoluciones propias. El caso es que son Daenerys y Jon Nieve, también conocido como Aegon Targaryen.
Tanto la tía como el sobrino encajan en la descripción. El ligazón de Jon con el norte y su relación con Melisandre, así como el hecho de que para cumplir su deber murió y volvió del otro lado, le hacen ganar enteros como Azor Ahai reencarnado. Daenerys, por su parte, logró hacer salir dragones de huevos petrificados en un evento que George R.R. Martin señala como único. Esto conecta a la joven con la profecía de Asshai, ya que es algo que se especifica que hará el Príncipe que fue prometido. Su liderazgo es tan amplio con el de su sobrino, aunque ha logrado mayores gestas militares gracias a sus dragones.

Lo de Canción de hielo y fuego da pie a interpretaciones tan confusas como se puede esperar de cualquier profecía. Siendo Jon hijo de Rhaegar Targaryen, hijo del rey loco, y Lyanna Stark, hermana de Ned, es literalmente de hielo y fuego. Pero si se toma de referencia aquello de «uno es de donde pace, no de donde nace», es norteño. Así, también podría ser él la parte helada y Daenerys, por motivos evidentes, la fogosa.
La ejecución, tomada muy literalmente

El anticlimático desenlace de la guerra con los Otros en Juego de tronos no incluyó ninguna Dueña de la luz ni ningún Targaryen de forma directa. Esta acaba cuando Arya Stark apuñala al Rey de la Noche con la daga de Aegon. Sin embargo, puede hacerlo solamente porque Daenerys ha traído fuerzas de Essos y Jon ha logrado reclamar refuerzos en Poniente. No se sientan en el Trono de Hierro, otro requisito aparente de la profecía del conquistador, pero Daenerys era reina autoproclamada y Jon un heredero legítimo.
En lo tocante a Dueña de la luz, la daga de acero valyrio parece que es un sustituto interesante. Es un arma que R.R. Martin parece estar ligando consciente o inconscientemente al concepto del anillo único de la obra de Tolkien. Que acabe donde acaba es una casualidad muy conveniente. Que muestre inscripciones al fuego también. La expansión del universo creado por Martin, que si todo va bien abarcará momentos previos a la conquista de Poniente, seguramente darán luz al asunto, pero de momento ahí dejamos la posibilidad de que ambas cuchillas estén más relacionadas de lo que creemos.
De momento, por mucho que la profecía de Aegon mostrada en La casa del dragón engarce con la de Azor Ahai y los personajes de Daenerys y Jon Nieve, toca seguir tirando de teorías. Lo que es seguro, dentro de la ficción, es que como se ve en la última escena del octavo episodio del spin-off de Juego de tronos, una visión profética suele tender a liarla parda.