El Mandaloriano y Joel: las paternidades adoptivas de Pedro Pascal

Son tipos duros pero también padres complejos y bien diseñados. El nexo común es el que es, claro.
Collages de el Mandaloriano y Joel de The last of us

La actual era televisiva está dominada por la cantidad. Es el parámetro prioritario en una época de rapidez de consumo y comentario. Como a lo largo de toda la historia, hay quien ha sabido leer la situación y medrar. Un claro ejemplo es Pedro Pascal. Un actor que se ha congraciado con el público joven y está viviendo su momento más dulce en televisión gracias a dos personajes: el Mandaloriano y Joel de The last of us. Una dupla que ha de ser padre de forma tan forzada como adoptiva.

Un veterano de la actuación con mucho drama a sus espaldas

El papel de estrella protagonista le ha tardado en llegar a Pedro Pascal. Hasta llegar a sus papeles principales en El Mandaloriano y The last of us tuvo que currárselo. No solo en su carrera como actor, sino en general. Puede sorprender que, a pesar de haber nacido en Chile, haya aparecido desde un primer momento en producciones estadounidenses o tenga bastante experiencia en el teatro del país norteamericano. La razón es que sus padres tuvieron que huir de la dictadura de Pinochet. Su madre, de hecho, era familiar lejana de Allende.

Tras pasar por Dinamarca terminaron en Estados Unidos y allí creció. Su familia acabaría volviendo a Chile en 1995, al verse involucrado su padre en un escándalo en su clínica de fertilidad. Cuatro años después la madre de Pascal se suicidó, motivo por el cual el actor usa su apellido en lugar del paterno. En otro orden, ha apoyado a su hermana Lux, mujer transgénero, en todo su camino. Un perfil, como se ve, de los que gustan a Hollywood y a las generaciones millennial y Z.

Tras una miríada de pequeños papeles, comenzó a resonar en la cultura popular en especial con Juego de Tronos, donde fue Oberyn. Luego llegarían importantes roles secundarios en Narcos o Wonder Woman 1984, entre otros.

El Mandaloriano, si el hombre sin nombre fuera padre

Disney andaba buscando la fórmula para volver a obtener el beneplácito de los fans de Star Wars tras dos entregas de una trilogía que parecía de todo menos un conjunto cuando dio Dave Filoni dio con la mejor clave de los últimos años. El universo siempre fue una mezcla de films del oeste y de los que inspiraron a muchos de estos, de samuráis. Así que, literalmente, volvió al asunto. Pero le dio una ligera vuelta añadiéndole un factor familiar. De eso va El Mandaloriano, de un héroe solitario que se ve forzado a ser padre.

El aura del personaje de Pascal recuerda y mucho al Hombre sin nombre de Clint Eastwood en la Trilogía del dólar. Un tópico extendido en el western más allá de dicha terna, especialmente en el crepuscular y europeo. El chileno solo mostró una vez la cara durante la primera temporada y a pesar de todo se ganó al público.

Mando es un tipo duro clásico. Habla poco y dispara sin piedad cuando hace falta. Un personaje chulo gracias a su diseño pero que es junto a Grogu, baby Yoda, cuando logra diferenciarse. Porque ese héroe callado y violento también puede ser un padrazo. Su relación con el Niño empieza por piedad y se acaba desarrollando en la dependencia propia de un padre y un hijo.

Esta doble cualidad hace que el personaje resulte complejo pese al poco desarrollo que permiten sus tramas autoconclusivas. Es su paternidad la que le da un objetivo vital, de nuevo algo tópico pero que funciona para justificar las fricciones con el gremio de cazarrecompensas y el Credo liderado por la Armera. Un giro sencillo pero eficaz para actualizar el género del oeste a generaciones que lo despreciaban. También para que Star Wars se reconciliara con sus fans.

Joel, un caramelo desde los videojuegos

El gran uso que hace Pascal del lenguaje no verbal fue clave en El Mandaloriano. En The last of us, la nueva oportunidad del actor para ser un padre adoptivo duro, puede complementarla con su gestualidad. Esta vez el personaje no era original, sino que venía de uno de los videojuegos con mejor guion hasta el momento. Precisamente el creador de serie y juego, Neil Druckmann, quería que la primera sobresaliera con respecto al segundo gracias al uso de actores en imagen real.

Joel y Ellie en la serie 'The last of us'
Joel y Ellie de acampada. | Cortesía de Warner Media

Al contrario que Mando, Joel tiene un pasado. Uno en el que ya era padre soltero. Por desgracia, el apocalipsis zombi que se desata le arrebata a Sarah. De esta forma, como el personaje de Star Wars, se ve abocado a una vida de moral gris, repleta de asesinatos y donde la supervivencia es el único camino. Ni siquiera tiene el Credo como referencia. Ante todo, es un padre. Pero uno sin hija, portando una pena que describió magistralmente Sergio del Molino en La hora violeta.

El viaje al oeste de Joel va de la mano de Ellie. Una adolescente sardónica como ella sola, complicada, pero tan sola como el personaje de Pascal. Son seres tristes, pese a su humor, a diferencia de un Mando que vive en un universo de aventuras ligeras. Los traumas del personaje de The last of us son tremendos e incluso le paralizan. Solo su protegida aporta un motivo para seguir adelante.

Pascal padre adoptivo duro, un género en sí mismo

El actor chileno ha dado con dos personajes que no son más que protectores. Pascal pone cara a delincuentes que dejarán de ser necesarios cuando sus hijos hayan adquirido la capacidad de valerse por sí mismos. Son conscientes de ello, de que su protagonismo es momentáneo y no se sostiene sin sus protegidos. Es decir, literalmente son padres.

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Redacción Fan Service
23/09/2023
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