Si Javier Calequi es el músico de las mil músicas, entonces su Gualicho (2021) es el disco de las mil músicas. Antes de este álbum, entre sencillos y EPs, el nombre de Calequi ya podía asociarse a un ánimo de descubrir, probar y experimentar sin miedo, sin etiquetas que descarten géneros musicales ni mayor preocupación que transformar cada propósito en una buena canción. ITO?, Hora de sacar la basura o En sus brazos el remanso son tres diferentes que ilustran esta reflexión. Con Gualicho, estas ganas genuinas de abordarlo todo, que parecen nacer del amor por la música y nada más, quedaron reafirmadas de la mejor de las maneras. Porque Calequi tiene ganas y tiene también talento, y por eso Gualicho es nuestra recomendación de hoy.
Así es Gualicho
Gualicho es la juguetona Los gatos, una de esas canciones que se quedan grabadas en memoria, alma y corazón, con versos inspiradísimos como ese “amor hay, pero no es para nosotros” que coreas tanto como pide el músico. Es también la resignada soledad de SOLO, cuatro minutos de serenidad perfectamente modulada por la voz de Calequi y una delicada producción. Es la ruptura que supone Halcón y la fiesta de Al lío, que termina de mecer al oyente en un divertido baile de géneros. Al lío se celebra y se baila.
La segunda mitad empieza con la colaboración entre Calequi y Kevin Johansen, que da como resultado Si me vas a dejar que sea antes de la siesta. Si Los gatos se cuela en la memoria, esta canción no te deja respirar: ese genial estribillo te persigue horas después y resulta agradable que así sea, porque resulta tan agradable cantarla como escucharla. Esto pasa con Gualicho en su totalidad: apetece cantarlo.
La pícara cumbia de El demonio de labios rojos adquiere en manos de Calequi adquiere un nuevo significado. Es uno de los temas más interesantes y diferenciales del músico. Dulce Guerra, una fusión de estilos donde lo instrumental cobra peso, tampoco se parece a lo anterior. Parece ser una norma: ninguna canción puede sonar igual que otra.
Y cuando crees que no pueden quedar más sorpresas, Calequi endurece la voz para los primeros compases de Gualicho, solo para rodearse después de un coro femenino y unos segundos instrumentales que recuerdan al Wanna be startin’ somethin’ de Michael Jackson. Y vuelta a empezar con la segunda estrofa. Gualicho, la canción, es una sorpresa. Gualicho, siendo como es el primer álbum de Calequi, ya parece su consolidación.
Los directos de Calequi y las Panteras
No puede uno hablar de Calequi sin mencionar los directos que desde hace dos años hacen mejores los escenarios de Madrid. Calequi se juntó con dos panteras, Lauri Revuelta y Luisa Corral, se rodeó de una fantástica banda de músicos y se lanzó a tocar su Gualicho ante un público que disfruta de la propuesta que tiene ante él, tenga o no conocimiento previo de lo que va a suceder. Lo de Calequi y las Panteras es una fiesta musical, por eso cada vez son más quienes quieren sumarse. Por esto también queremos recomendarlo, para que os suméis si tenéis oportunidad. Os va a gustar.
Cuándo hay que escuchar Gualicho
El mejor momento para escuchar Gualicho es cualquiera, precisamente porque no es nada concreto, porque es todo a la vez. Es un álbum multi-todo que mezcla estilos y géneros, que toca corazones con unas canciones y pone a bailar con otras. Así que hay que escucharlo cuando uno esté deseoso de descubrir algo nuevo, fresco y estimulante. No hay un momento concreto, tiene más que ver con la actitud y con las mismas ganas de disfrutar de la música que tiene el músico que lo firma.
