Desde que es posible darle a «saltar intro», los opening han visto el peligro de ser ignorados aumentar de forma exponencial. Tampoco ayuda el consumo en modo maratón que promueve especialmente Netflix. Por ello hay ficciones que han optado por ser minimalistas y otras por todo lo contrario. Entre aquellas que han hecho de sus créditos una pequeña obra de arte se encuentra una producción de Cinemax, subsidiaria de HBO. Porque tanto la canción principal de Warrior como la introducción animada a la que acompaña provocan que lo que menos apetezca sea obviarlas.
Warrior, un tema que integra a la perfección la esencia de su serie
Los responsables de la banda sonora de la ficción son Reza Safinia y H. Scott Salinas. Británico y estadounidense son veteranos de la industria o la composición. Ambos han sabido transmitir el eclecticismo cultural de Warrior al tema principal de la ficción. Homónimo, es el que acompaña a los créditos iniciales de cada episodio.
Las diez notas que guían la melodía son puro spaghetti western. Podrían identificarse con cualquier película de Leone e Eastwood si se aislaran. La guitarra da el toque de frontera americana que necesita lo que no deja de ser una serie del oeste. No en vano, se sitúa en el San Francisco de después de la guerra civil de EE.UU.
Safinia y Scott Salinas entremezclan con estos sonidos elementos asiáticos, además de hip hop. Estos surgen tanto por elecciones instrumentales como en las respuestas del tema principal. Porque Warrior también es, quizá sobre todo, una historia sobre los chinos que emigraron al oeste estadounidense. Un choque de culturas que estaba en la idea de Bruce Lee que inspiró la serie y que se ve en la carrera de Reza Safinia. Sus álbumes propios, como Yin y Yang, beben del taoísmo y la meditación. El autor ha sabido volcar, en la banda sonora en general y en esta canción en particular, esa unión de oriente y occidente tan presente tanto en su obra como en la de Bruce Lee, cuya figura estudió.
Una animación molona y efectiva para los créditos iniciales de Warrior
El estudio MethodMade fue el elegido por el productor ejecutivo Jonathan Trooper para que realizara la intro de Warrior. El jefe del equipo encargado de la tarea fue John Likens y el asunto le salió redondo. Los créditos iniciales se extienden por unos 90 segundos de animación generada por ordenador. La paleta, que limitaron a tres colores, es minimalista pero representa correctamente el universo extremo en que se mueve la serie.
Para la introducción se usaron imágenes de grabación, captación de movimiento y elementos originales de los animadores. Las transiciones son violentas, ya sean horizontales, verticales o con zooms. Funcionan además como una suerte de coreografía de la canción principal. Texturas abstractas y brochazos presentan a personajes como Mai Ling o Ah Sahm. También el San Francisco de los tongs y las protestas de los trabajadores irlandeses.
Unos créditos iniciales deben representar la esencia de la serie o película que introducen y en Warrior logran cumplir esa tarea con nota. Sigue así la senda de The Wire, James Bond o Los Soprano. Además, su canción funciona tanto por sí misma como en su versión rap con Chops y Jason Chu.