Prime Video acaba de estrenar la adaptación de la novela superventas de Holly Ringland: Las flores perdidas de Alice Hart. La plataforma toma este nombre y gran parte de la esencia de la obra literaria de la australiana para ofrecer al público una de las series más interesantes y adictivas del verano. Dirigida por Glendyn Ivin, con un guion de Sarah Lambert, Kirsty Fisher y Kim Wilson, en el reparto destaca el nombre de Sigourney Weaver, que ofrece una interpretación sobrecogedora, Alycia Debnam-Carey, una de las protagonistas de The 100, o Charlie Vickers, que ya dio de qué hablar en Prime Video gracias a Los anillos de poder.
Un acercamiento a los primeros capítulos de Las flores perdidas de Alice Hart
Sinopsis de Las flores perdidas de Alice Hart
Tras perder a sus padres en un misterioso incendio con solo nueve años, Alice Hart se cría con su abuela June en una granja de flores donde aprende que hay secretos dentro de los secretos. Años después, sin embargo, el descubrimiento de una traición empuja a Alice a afrontar su pasado.
Algunas consideraciones generales

Las flores perdidas de Alice Hart es un drama que se apoya en el misterio para desarrollar la historia, pero es ante todo un drama. En ocasiones, de hecho, puede llegar a resultar excesivo: demasiadas tragedias en tan pocos metros cuadrados. La banda sonora inquietante y las escenas cortas de los primeros compases menguan la fatalidad y acercan la ficción al thriller, que llega a tener incluso tintes fantásticos por el aire de ensueño que posee.
Pero, lo dicho, ante todo es un drama, una tragedia personal y familiar que va presentando y desvelando secretos, como todo buen drama familiar. El espectador entregado irá uniendo piezas mostradas, teorizando sobre las que ocultan, preguntándose qué será lo siguiente. Y no es difícil entregarse a Las flores perdidas de Alice Hart: los personajes son atractivos (fantástica Sigourney Weaver) y los hilos que les unen son interesantes, así que los misterios que los acompañan cautivan.
El aire de ensueño mencionado, que en los ojos de una niña traumatizada cobra un doble significado, puede conseguir que quien se sienta a ver esta ficción olvide por completo, durante unas horas, el mundo exterior. Cuando concluyen los tres primeros capítulos, los estrenados hasta la fecha de redacción de este texto, cuesta dejar ir ese universo de Alice Hart.
Y eso que no es un universo precisamente agradable, aunque el escenario principal de la ficción sea un auténtico refugio para personas que necesitan abrigo. Pero este refugio nace del drama que sostiene toda la serie: Las flores de Alice Hart habla de violencia de género, de maltrato infantil y de pérdidas irreparables, lo que se traduce en ataques de pánico y problemas de salud mental. Por todo esto, cada capítulo está precedido de un trigger warning, un aviso de que la historia narrada puede herir sensibilidades.
Por último, como detalle: Las flores perdidas de Alice Hart hablan, efectivamente, de flores. De flores que en la ficción tienen su propio significado, que uniéndose de una u otra forma pueden tener uno u otro significado. “Afán de posesión”, “siempre contigo” y “la esperanza puede cegar” son los tres mensajes que comparten con el espectador antes de cada capítulo, pero durante el desarrollo de estos pueden verse otros. “Segundas oportunidades” o “vive con valentía” son dos de los más significativos. Gustará a quien guste comunicarse a través de las flores.
Preguntas y teorías para los próximos capítulos

Son varias las preguntas que Las flores perdidas de Alice Hart, que consta de una única temporada, tiene que contestar en los próximos capítulos. Aunque June (Sigourney Weaver) ha compartido con su nieta Alice (Alyla Browne) parte de la historia de su padre Clem (Charlie Vickers) y su madre Agnes (Tilda Cobham-Hervey), ella misma reconoce que no ha contado la historia completa. No sabemos qué sucedió entre ellos, ni tampoco quién es realmente Agnes.
Este personaje ha aparecido relacionado con la mitológica kelpie escocesa, una especie de sirena que en ocasiones es secuestrada por el hombre y obligada a vivir entre humanos hasta que pueda recuperar su auténtica piel. No parece que la historia vaya a tomar un carácter fantástico, así que esa asociación puede entenderse como una metáfora de la historia de Agnes al lado de Clem. Una mujer capturada por un hombre que a pesar de amar a sus hijos necesita escapar.
Desconocemos también qué pasó entre él y Candy (Frankie Adams), una relación cuya complejidad ya descubrimos por la cicatriz que comparten. Tampoco sabemos qué sucedió entre June y el padre de Clem, pero todo apunta a que el personaje interpretado por Sigourney Weaver fue también una víctima de maltrato, como las Flores que han encontrado su refugio en Thornfield. Las marcas dejadas en el árbol que sigue creciendo en la casa abandonada parecen corresponder con cada episodio de abuso sufrido. Esperamos que las víctimas sigan tratándose con la dignidad con la que se han tratado hasta ahora.
En los capítulos vistos hasta el momento, además, todavía no han transcurrido los años hasta llegar al instante en que la trama debe explotar, pues la misma sinopsis habla de que “años después (…) el descubrimiento de una traición empuja a Alice a afrontar su pasado”. La traición apunta hacia el secreto que, de momento, June conserva: el hermano de Alice, hijo de Clem y Agnes, que todos daban por muerto junto a su madre, está vivo. Probablemente adoptado por Sally (Asher Keddie) y John (Alexander England). Son misterios que Las flores perdidas de Alice Hart tiene que resolver.
El final de ‘Las flores perdidas de Alice Hart’ y la violencia contra las mujeres