La primera temporada de Outer Range, original de Prime Video, ha pasado por la plataforma sin hacer mucho ruido. Estas líneas harán ese ruido por ella. Creada por Brian Watkins, consta de una primera tanda de ocho capítulos. Además, ya tiene confirmada, en octubre de 2022, una segunda temporada en la que responder a todas las cuestiones que se quedaron en el aire. Su reparto también volverá, con Josh Brolin a la cabeza. Junto a él, Imogen Poots, Lewis Pullman, Tom Pelphrey, Lili Taylor, Noah Reid, Shaun Sipos o Will Patton han construido una serie que se mueve cómodamente entre el western y la ciencia ficción.
Así es Outer Range
Royal Abbott (Josh Brolin) vive en Wyoming, en un rancho junto a su familia. La vida transcurre con normalidad: cuida del ganado, cuida de los suyos, baja al pueblo, se disputa con Wayne Tillerson (Will Patton) las tierras de la zona. Un día como otro cualquiera, sin embargo, descubre un misterioso círculo negro en su territorio, en la tierra misma, que tiene el aspecto de ser un agujero negro. Y un día como otro cualquiera aparece, también en sus tierras, Autumn (Imoge Poots). Se trata de una joven igual de misteriosa que le pide a Royal poder acampar en las cercanías de su rancho para descubrir y disfrutar de la zona. Así arranca Outer Range.
La ficción de Prime Video pasa del western a la ciencia ficción con seguridad. No da posibilidad a que uno se plantee cómo dos géneros tan distintos llegan a encontrarse. Pero donde Outer Range muestra músculo es en el dominio del espacio otorgado a sus personajes y las relaciones que los unen. La serie no tiene prisa por avanzar narrativamente hablando. Prefiere entretenerse en explorar el carácter de sus protagonistas, convirtiéndose así en un nuevo producto estadounidense interesado en narrar una historia de relaciones familiares y vecinales complicadas.
Outer Range tiene secretos, desapariciones, personajes que se mueven en silencio y conceptos clave para el imaginario estadounidense (orgullo, lealtad). En su primera temporada, ha sido sobre todo una serie tremendamente emocional. Dado que esos vínculos y conflictos están bien construidos, ha terminado siendo este entramado el que ha enganchado al espectador que le concedió una oportunidad en este momento de tanta y abrumadora oferta.
Cuándo hay que verla
Es este último aspecto el que promueve la recomendación. Las subtramas relacionadas con la ciencia ficción van despegando poco a poco hasta que remata y toma protagonismo en un buen final, que suscita preguntas de las que apetece saber la respuesta. Pero son esas relaciones familiares y vecinales, esos conflictos de unos personajes que han encontrado espacio para respirar, lo verdaderamente estimulante de Outer Range.

No es diferencial en este aspecto. De hecho, lo distinto lo pone la ciencia ficción. No es una base novedosa, se ha visto cientos de veces antes, pero se vuelve a ver con gusto, con otros nombres y en otro escenario, porque está bien planteado y desarrollado. Tiene un buen guion, ciertamente críptico por momentos, y el reparto sabe defenderlo. Llega a interesar lo que se está contando. Hay que verla cuando apetezca todo esto: conflictos y emociones al borde de un inexplicable agujero negro en un rancho cualquiera de Wyoming.