Hace unos días descubrí que hay un cine en Bombay que lleva proyectando la misma película 27 años seguidos. Cada día. Esta rutina solo se vio interrumpida cuando todos los cines del mundo (cuando todo el mundo, en general) cerraron debido a la covid-19. Una vez que el momento crítico pasó, las puertas de Maratha Mandir, como se llama la sala, volvieron a abrir y su película de siempre volvió a estar en cartelera. Cada día, a las 11:30, sin excepción.
La película en cuestión es El valiente de corazón se llevará a la novia, aunque también la he encontrado titulada Un amor contra viento y marea. Es una película propia de Bollywood, una comedia romántica musical que se estrenó en octubre de 1995. Han pasado 27 años desde entonces y todavía hay fines de semana que cuelgan el cartel de aforo completo. Algunas sesiones deben ser una fiesta, con gente aplaudiendo, riendo y comentando las escenas porque, al fin y al cabo, uno no va a ver esa película por tercera vez para estar en silencio, sino para compartir con otras personas cómo puede hacer sentir una historia que ya se conoce y se aprecia. Habrá espectadores nuevos, pero son los menos y seguro que también se unen a la fiesta. Quién no quiere una fiesta así.
Los precios de Maratha Mandir, por cierto, son de lo más asequibles. Es una especie de cine para el pueblo, para que todos disfruten. Supongo que tienen el mismo concepto que tengo yo no solo del cine sino también de las salas de cine y por eso siguen proyectando su película favorita día tras día, pasando de modas, estrenos e imposiciones. Aman esa historia y ya está.
He estado pensando mucho en cuál sería la película que yo proyectaría cada día durante 27 años seguidos esperando que mi cine se convirtiese en una fiesta. Y he dado muchas vueltas al asunto, pero ahora creo que ha sido en vano, porque no se trata de que yo elija una película sino de cómo esa película me eligió a mí hace dos décadas. Una película para gobernarlos a todos. Mi fiesta se llamaría El señor de los anillos: La comunidad del anillo. Los espectadores gritarían cada día con la primera imagen de Viggo Mortensen como Aragorn, con Legolas flotando sobre la nieve y con Cate Blanchett sin más. Y espero que lloren a Boromir. Después de la proyección habría un minuto de silencio. Boromir forever.
Ahora que ha terminado la primera temporada de Los anillos de poder, y que por fin ya no tengo que pensar en esa serie, con más razón lo haría. La comunidad del anillo en bucle. Para que no se nos olvide lo que puede ser una obra de Tolkien convertida en imágenes.