Cualquier día es un buen día para hablar de una de las profecías más complejas de Canción de Hielo y Fuego, Juego de Tronos y ahora también La Casa del Dragón, aunque, como más adelante se explicará, en Juego de Tronos no se trató esta profecía con la importancia que merecía. Estamos hablando de la profecía del Príncipe que Fue Prometido, que puede o no ser la misma que la profecía que habla del renacimiento de Azor Ahai como el héroe que librará la batalla final contra los Otros. Vamos a revisitar ambas, a sumergirnos en las páginas de Canción de Hielo y Fuego para encontrar respuestas y también, por qué no, a señalar a los personajes que cuentan con ciertos elementos que conducen a pensar que pueden ser los elegidos para cumplir con la una, con la otra o con las dos a la vez. Allá vamos: ¿quién es Azor Ahai y quién es el Príncipe que Fue Prometido?
Dos profecías que pueden ser una misma profecía
La profecía de Azor Ahai, el gran héroe contra los Otros
«Está escrito en los antiguos libros de Asshai que llegará un día, tras un largo verano, en que las estrellas sangrarán y el aliento gélido de la oscuridad descenderá sobre el mundo. En esa hora espantosa, un guerrero sacará del fuego una espada llameante. Y esa espada será Dueña de Luz, la Espada Roja de los Héroes, y el que la esgrime será Azor Ahai renacido, y la oscuridad huirá a su paso«, podemos leer en Choque de Reyes, el segundo volumen de Canción de Hielo y Fuego. Son las palabras de Melissandre, capturadas por Davos, que recoge una profecía proveniente de Asshai, ciudad portuaria de Essos.
Azor Ahai está unido a la figura de R’hllor, el Dios del fuego, de la luz, del calor y de la vida. Frente a él, el Gran Otro, que lleva consigo el frío, la oscuridad y la muerte. Según las leyendas, Azor Ahai lideró a los Primeros Hombres en la Batalla por el Amanecer que acabó, miles de años antes de los acontecimientos que empiezan en Juego de Tronos, con los Otros.
Se cree que la Oscuridad volverá a alzarse, tal como hemos presenciado, y entonces Azor Ahai regresará de nuevo como el gran héroe de R’hllor. Lo hará después de nacer entre «sal y humor», portando la también reencarnación de su famosa espada, Portadora de Luz, una espada llameante que solo logró forjar al tercer intento. En el primero la pasó por agua, sin resultados. En el segundo atravesó el corazón de un león, sin resultados. Para el tercero atravesó el corazón de su esposa, Nissa Nissa, logrando entonces que la espada tuviera el poder suficiente para derrotar a los Otros.
El Príncipe que Fue Prometido, la profecía de los Targaryen
Aegon el Conquistador tuvo un sueño profético al que llamó “la canción de hielo y fuego”, una de las revelaciones que nos regaló por sorpresa La Casa del Dragón en su primera temporada. En la ficción, el rey Viserys comparte con su hija Rhaenyra una creencia que ha pasado de generación en generación de reyes Targaryen.
La llegada de un futuro Targaryen que se sentaría en el Trono de Hierro y que uniría a todo Poniente para defenderlo del Invierno, del mal que vendría «del Norte», asociado a la oscuridad. “De mi sangre viene el Príncipe que fue Prometido y su voluntad será la canción de hielo y fuego”, puede leerse en la daga que los Targaryen guardaron celosamente en la intimidad durante años.
Pero la palabra príncipe, en alto valyrio, es una palabra neutra, tal como el maestre Aemon, que de esta profecía sabía un rato, señala en Canción de Hielo y Fuego. Así que ese Príncipe que fue Prometido puede ser una princesa. De lo que no cabe duda, según la creencia de los Targaryen, es de que llevará la sangre del dragón.
Azor Ahai y el Príncipe que Fue Prometido, una misma persona
A partir de aquí, dos corrientes de opinión. Hay quien considera que el renacimiento de Azor Ahai y la llegada del Príncipe que Fue Prometido son dos profecías diferentes, que desembocarán en dos personajes diferentes luchando por un mismo fin: terminar con esa amenaza que en el caso de los Targaryen “viene del norte” y que los seguidores de R’hllor sí señalan como “los Otros”, contra quienes su héroe ya habría luchado.
Por esta similitud puede entenderse como una misma profecía, por sus diferencias de origen puede entenderse como una diferente. Esta es una de las razones por las que ha suscitado tanto interés y polémica: es difícil ponerse de acuerdo, incluso, sobre si hay que buscar uno o dos personajes para dar con la respuesta.
Mientras George R.R. Martin trabaja en ofrecérnosla, viajamos miles de años en el tiempo para encontrarnos con los personajes que han protagonizado la historia que comenzó en Juego de Tronos, donde se esconde Azor Ahai renacido y también ese Príncipe o Princesa que fue prometido.
Quién es quién: Azor Ahai, el Príncipe que Fue Prometido y un buen puñado de personajes
Los más evidentes (I): Daenerys Targaryen

Una, la otra o las dos a la vez, parece claro que Daenerys Targaryen protagonizará la conclusión de al menos una de las profecías. La canción de hielo y fuego ha bailado en torno a ella desde el principio. Tiene sangre Targaryen, así que puede ser la Princesa que Fue Prometida. El propio maestre Aemon apostaba por ella, sobre todo después de comprender ese error de traducción que durante tanto tiempo había llevado a considerar que solo los hombres Targaryen podían ser los prometidos. Él mismo llega a decirle a Samwell Tarly que “nuestra esperanza es Daenerys”, que ella era “la enviada, nacida entre la sal y el humo”, uniendo de esta manera ambas profecías.
Lo cierto es que la familia Targaryen ha estado siempre bastante obsesionada con esta profecía. Rhaegar, hermano de Daenerys, consideraba que él mismo podía ser el elegido. Nació durante el incendio acaecido en Refugio Estival, de ahí el humo. La sal estaba presente en las lágrimas derramadas por los muertos. Y tal como le cuenta Barristan a Daenerys, su abuelo Jaehaerys II había obligado a casarse a los padres de Daenerys y Rhaegar, Aerys II el Rey Loco y Rhaella Targaryen, después de que una bruja de los bosques le asegurase que el Príncipe nacería de esta estirpe.
Pero ella misma es testigo, en la Casa de los Eternos, de cómo su hermano pasa de considerarse a sí mismo el Príncipe a considerar que es su hijo, Aemon, el protagonista de la profecía. Lo cierto es que Rhaegar está muerto y Aemon, bueno, tal vez no, si consideramos que Griff el Joven es realmente quien dice ser. De esto hablaremos otro día.
Pero ¿qué pasa con Daenerys? El maestre Aemon, que no deja de ser un Targaryen, cree en ella. También cree en ella Benerro, el Sumo Sacerdote de R’hllor en Volantis, que en Danza de Dragones la proclama como Azor Ahai renacido. Su historia, aunque tomando el renacimiento más como algo metafórico que literal, puede considerarse similar a la de Azor Ahai. Daenerys renació entre sal y humo después de quemar a su gran amor, Drogo, por el que lloró y lloró. Con ella nacieron, además, sus tres dragones, que tal vez no sean una espada llameante pero desde luego son el fuego hecho carne y han demostrado que frente a los Otros son un arma poderosa. Daenerys cumple.
Los más evidentes (II): Jon Snow

Rhaegar Targaryen estaba fuertemente convencido de que su hijo era el Príncipe que Fue Prometido, pero nunca llegaremos a saber si lo sentía así por Aemon o si lo sentía así porque en un futuro nacería Jon, que no es Snow, sino Targaryen. Varios detalles a favor de Jon Snow siendo no solo el Príncipe que Fue Prometido, sino también la reencarnación de Azor Ahai.
En primer lugar, Melisandre. La sacerdotisa roja no ha estado muy acertada a la hora de interpretar las visiones que R’hllor le enviaba a través de las llamas, pero ha dejado varias declaraciones interesantes en sus diferentes intervenciones. Ese “pido al Señor de la Luz una visión de Azor Ahai y lo único que me muestra es a Nieve (Snow)”, revelado en Danza de dragones, no se olvida. Ella busca a Stannis en las llamas, pero no es a él a quien encuentra.
También sabemos que el hijo de Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark ha tenido sueños que podrían considerarse proféticos. En estos se ha visto a sí mismo portando una espada de fuego, asesinando enemigos. Por su parte, de momento, no tenemos ninguna Portadora de Luz, ni tampoco un sacrificio de la que esta podría haber nacido, pero su historia está lejos de haber terminado. Jon también cumple.
Stannis Baratheon, el primer elegido de Melisandre

La primera vez que escuchamos hablar formalmente de la profecía del renacimiento de Azor Ahai es en Choque de Reyes, en esas palabras que pronunció Melisandre, con las que comenzábamos el texto. Melisandre estaba convencida de que Azor Ahai era Stannis Baratheon y entrega todo de sí misma para que sus visiones se cumplan. Es decir: ha visto a Stannis extrayendo una espada de fuego de las esculturas, así que incendia el septo de Rocadragón y ordena a Stannis que extraiga una espada del seno de la Madre, aunque no se trataba de una espada de fuego precisamente. En ese mismo capítulo, narrado desde la perspectiva de Davos, Salladhor Saan coincide con la opinión que un lector que regresa a ese episodio con más conocimiento puede tener: esa espada no era la famosa Portadora de Luz. Brillaba, pero no ardía.
Lo que sí es cierto es que Stannis, después de la Rebelión de Robert, fue nombrado Príncipe de Rocadragón, que puede representar perfectamente el humo y la sal, renaciendo así como Príncipe (y uniendo las dos profecías) entre estos dos elementos. Por su sangre, además, corre la sangre Targaryen, pues su abuela paterna fue Rhaelle Targaryen. En fin: aunque todo parece artificioso, preparado en un principio por Melisandre, deseosa de encontrar a su Azor Ahai, no hay que descartarlo tan pronto, pues Stannis tiene ciertos elementos a su favor.
Jaime Lannister, un deseado Azor Ahai

El precioso arco de Jaime Lannister ha permitido que este personaje haya pasado a ser uno de los favoritos de los lectores de Canción de Hielo y Fuego, hasta el punto de que no se despreciaría su final como héroe. Encajaría bastante con el tratamiento que se le ha dado hasta ahora y su historia, si la tomamos de nuevo como algo metafórico y no como algo literal, podría también encajar en ese proceso de renacimiento de Azor Ahai.
Jaime Lannister ha sido un personaje controvertido, manchado por esa traición al rey que juró proteger y defender, desconsiderado y en ocasiones cruel con las personas que le son ajenas. Cuando pierde su mano derecha, sin embargo, todo cambia para él. Durante ese famoso baño con Brienne, Jaime desvela su verdadera historia. Al observar su muñón, se desmaya. Cuando vuelve en sí, pide que no le llamen Matarreyes, sino Jaime. El lector conoce algo más de su verdadera cara, así que puede decirse que ha renacido entre humo (el vapor del baño) y sal (sus lágrimas).
La Portadora de Luz nació tras pasar por agua, que para Jaime podría considerarse ese baño en el que mira fijamente su gran arma, su mano, perdida. Tras esto, tendría que atravesar el corazón del león, y aquí podría unirse esta profecía con otra de las más comentadas de la saga: la que Maggy la Rana compartió con Cersei Lannister, por la que aseguró que el valonqar, “hermano pequeño” en Alto Valyrio, acabaría con la vida de la reina, lo que sin duda sería un gran sacrificio para Jaime. La mujer que ama también podría ser ella, o podría tratarse de Brienne.
Es decir: ciertos elementos en la historia de Jaime le vinculan con esta profecía. Esto, claro, convertiría esta profecía en dos profecías, porque Jaime Lannister no es un Targaryen (qué sepamos… en fin), así que no podría convertirse en el Príncipe que Fue Prometido para la Casa del Dragón. Pero tampoco encajaría mal que el resultado fuera algo semejante a esto: Daenerys, la Princesa que Fue Prometida, luchando con su fuego contra los Otros junto a este Azor Ahai renacido, mientras que Jon cumple con aquello que siempre ha deseado, es decir, servir a la Guardia de la Noche como el gran Lord Comandante.
Por otro lado, no hay que olvidar que mientras que Daenerys y Jon son considerados personajes principales por George R.R. Martin, ni Jaime ni Stannis lo son, así que sería extraño que una figura tan importante como la de Azor Ahai recayera en alguno de ellos. Vamos con el último personaje, que sí es fundamental para Martin.
Arya Stark, el Azor Ahai de Juego de Tronos, la serie

Si bien en un principio la ficción de HBO dio a estas profecías la importancia que los lectores han sabido ver en los libros, hacia el final esta leyenda quedó bastante emborronada. Lo que, en cualquier caso, no quiere decir que su conclusión en la ficción no sea la que va a tener en la saga literaria. Ya dijo George R.R. Martin que el final, con respecto a los hechos y personajes principales (además de los tres mencionados, Bran y Tyrion completan esto), no iba a ser muy diferente. Simplemente significa que estuvo bastante mal llevado.
Arya Stark fue la encargada de terminar con la vida del Rey de la Noche en la batalla final, así que puede considerarse Azor Ahai renacido. Repasemos la historia de la joven Stark y cómo esta puede relacionarse con la leyenda del gran héroe. Si queremos unir ambas profecías, no hay de momento (que sepamos…) ningún Targaryen implicado en la línea de sangre de Arya, así que por ese lado quedaría descartada. Tampoco sabemos de ninguna estrella sangrante. Vamos con lo demás.
La Portadora de Luz, en el caso de Arya, podría ser Aguja. Si bien en la ficción Arya ha acabado con la vida de varias personas, en los libros ha matado en dos ocasiones. En Juego de Tronos, cuando huía de la Fortaleza Roja tras la ejecución de su padre, y en Tormenta de Espadas, a un soldado Lannister. Este segundo podría ser el león necesario para forjar la espada de fuego, mientras que el primero no sería más que ese primer intento en vano (¿pasado por agua, porque todos somos agua?) que también sufrió Azor Ahai.
¿Qué pasa con el tercero? Una teoría circula entre el fandom de Canción de Hielo y Fuego, teoría que no solo es bastante acertada si pensamos en todo esto sino que, además, sería preciosa literariamente hablando. Esta teoría habla de la tercera muerte de Arya, el tercer intento de forjar su espada, como un gran sacrificio. Y es que Arya sería la encargada de terminar con la existencia de Lady Corazón de Piedra, que no es otra que su madre, Catelyn Stark, resucitada por Beric Dondarrion en nombre de R’hllor. Al acabar con este espectro de lo que fue su madre, Aguja absorbería ese fuego de R’hllor para convertirse en la espada que está destinada a ser.
Además, dos pequeños detalles. El primero solo hemos podido verlo en la ficción. El primero solo pudimos verlo en la serie. La daga con la que Arya acaba con el Rey de la Noche en Juego de Tronos es la misma daga con la que tratan de acabar con la vida de Bran. Y es también la daga en la que está inscrita ese sueño que habla del Príncipe Prometido para la casa Targaryen, donde puede leerse ese “de mi sangre viene el Príncipe que fue Prometido y su voluntad será la canción de hielo y fuego”.
El segundo lo comparten, a medias, tanto la ficción como los libros. Cuando Arya abandona a Sandor Clegane y parte ella sola a convertirse en la persona que también está destinada a ser, su primer destino en estas circunstancias es Salinas. Un pueblo caracterizado, sí, por la sal a la que se dedican sus habitantes, y también por el humo provocado por los numerosos incendios que sufre el lugar. En los libros, Arya consigue marcharse de allí pronunciando las palabras que, de nuevo, la acercan a su destino: Valar Morghulis. Todos los hombres mueren. ¿Está muriendo ella, entre humo y sal, para renacer como alguien completamente diferente a quien era?
Puede que Juego de Tronos no tratase esta profecía con el cariño que se merecía, porque no construyó bien los cimientos que nos iban a llevar hasta su conclusión final, pero quizá, después de todo, sí vimos el final que George R.R. Martin le concederá en su gran saga. Os dejamos para que reflexionéis.