Cuando éramos adolescentes, niños incluso, una de las rutinas más repetidas del verano era la siguiente: levantarse sin hacer la cama e inmediatamente, a veces después de desayunar y otras incluso con el estómago vacío, sentarse a ver Neox. La programación que la cadena de Atresmedia ofrecía no podía ser mejor: Lizzie McGuire, H2O: just add water y Zoey 101. Todo seguidito.
Cada uno preferíamos una serie, pero todos veíamos un poco de todo. H2O pillaba en el medio. Ni demasiado pronto ni demasiado tarde. Así que lo normal era que algún capítulo cayera. Hoy, muchos años después de aquellos veranos, volvemos a ver la serie de las sirenas, disponible en Netflix. ¿Recomendaríamos volver a verla? Sin duda. Y no tenemos una, sino varias razones por las que hacerlo.
Un ejercicio de nostalgia

La primera razón por la que volver a ver H2O es también la más evidente: por la nostalgia. Este mismo mes Zoey 101 estrenará su secuela Zoey 102. El reboot de Lizzie McGuire fue cancelado, pero hemos podido ver a Hilary Duff en otra secuela: Cómo conocí a tu padre. Así que, ¿por qué no volver a ver a las sirenas de Mako en una época en la que todo nos recuerda al pasado?
Reencontrarse con Emma (Claire Holt), Rikki (Cariba Heine) y Cleo (Phoebe Tonkin) es todo un ejercicio de memoria. Como volver a ver a unas viejas amigas que no son demasiado listas, pero a las que se les tiene muchísimo cariño. Pasearse por Mako, volver a vivir las historias de amor entre Rikki y Zane (Burges Abernethy) y entre Cleo y Lewis (Angus McLaren), odiar a muerte una vez más a Charlotte (Brittany Byrnes) o revivir la amistad de las tres sirenas es simplemente un viaje maravilloso en el tiempo.
Efectos especiales muy cutres

Eso sí. Este viaje en el tiempo conlleva retroceder algunos años en cuanto a efectos especiales. Da igual que por entonces, 2006, ya se hubieran estrenado películas como las primeras entregas de El señor de los anillos o Harry Potter. Estos efectos aún eran de otro tiempo. Y nos encantan. Como ejemplo, la lucha entre Charlotte y las tres amigas junto al pozo de la luna en Mako. O, aún mejor, cuando Charlotte congela una bola de agua en su piscina y hace estallar la cara de Cleo que, mágicamente, aparece sobre ella. Una cutrez digna de admiración. Ya no se hacen efectos así.
Finales felices

Está muy bien eso del drama que traen series como Euphoria, Stranger Things o La casa del dragón, pero a veces lo único que una chica quiere es ver que todo acaba bien y desconectar un poco de la vida adulta que ya es un drama de por sí. Por eso H2O nos gusta tanto, porque es fácil y no requiere de demasiada atención. Solo hay que relajarse y disfrutar. Además, sabemos que no habrá sorpresas demasiado desagradables porque, por mucho que parezca que todo va mal, acabará bien.
Sirenas de verdad
Es verdad que la mayoría de los efectos especiales de H2O eran bastante cutres, pero las escenas rodadas debajo del agua y las colas de sirena en sí eran, y son todavía, una maravilla. La razón es simple: no estaban hechas por ordenador, sino que eran reales. De hecho, tanto tops como colas estaban hechas de yeso corporal y escamas hechas a mano. Se tardó nada menos que 6 meses en construirlas y las actrices nadaban con todo ese peso sobre sus piernas. Verlas en movimiento era ver a unas auténticas sirenas.
Eterno verano

En España el verano apenas dura unos pocos meses, aunque por desgracia cada vez es más largo, pero en H2O daba igual el momento del año del que estuviéramos hablando. En pleno curso era verano, al volver de las vacaciones y empezar una nueva temporada seguía siendo verano… Helados, tablas de surf, parques acuáticos, bikinis y playas son una constante en una serie que está hecha por y para esta estación del año. Después de verla solo quedan ganas de una cosa: ir a la piscina o al mar y nadar como sirenas, como si aún tuviésemos 12 años.