Ser periodista es apasionante. Si lo eres y te dedicas a esto, si lo eres de verdad, ser periodista significa dormir poco, ir siempre a la carrera, correr especialmente a por los canapés para la prensa porque no vas a tener tiempo para comer ni antes ni después de ese evento, escribir en tiempo récord, no escribir porque no te sale pero escribir porque tienes que hacerlo, tener dos eventos seguidos, a veces tres, a veces dos a la vez, salir de una película y meterte en otra, ir a un concierto y tener que dejarlo en la tercera canción porque no te dejan tiempo para más, que solo te den tres preguntas, que a veces solo te den una, que te hablen mal, que te hablen muy mal, que no te vean detrás del micrófono, que piensen que estás allí por si te ligas a Mario Casas, que dependas de las visitas y las visitas no suban, que se estanquen, que caigan, que te penalice Google, que no te quiera una mierda, que compartan tu artículo en redes y no te mencionen, es más, que compartan capturas de pantalla de tu artículo en redes, que no te sigan aunque te lean porque total qué más da, que no te den esa entrevista porque no tienes suficientes seguidores, o porque no tienen tiempo para más, que veas que han hecho otras cinco porque sí tenían tiempo para más pero con medios más grandes, que veas que la figura importante ha protestado porque no le ha gustado el resultado con esos medios más grandes, que sepas que la próxima vez será exactamente igual, porque eres pequeño y ellos grandes así que será todo para ellos, por eso a ti te dejan solo una pregunta y por eso te hablan mal, duermes poco, vas siempre a la carrera, comes mal, aguantas, sigues.
Con todo esto, cómo puede una persona en su sano juicio plantearse en estos tiempos que corren abrir un portal web dedicado al mundo de la cultura. Con la que está cayendo. Pues porque ser periodista también es mucho más, sobre todo si eres fan. Si eres fan, es decir, “admirador o seguidor entusiasta de alguien o de algo”, lo que quieres es coger ese micrófono y plantarte delante de Andrés Suárez y preguntarle por ese concepto que clavó en la octava canción de su segundo álbum, sin importar que no hayas comido ese día, ver la última película de Rodrigo Sorogoyen y tomar notas que después no entenderás pero que son necesarias porque tu cabeza funciona a gran velocidad y tienes que vaciarla, porque está, a pesar de no haber dormido, entusiasmada, en funcionamiento y despierta, como lo que tienes delante, como el último libro de Almudena Grandes o de Leigh Bardugo, como ese capítulo de The Walking Dead que no has olvidado a pesar de que han pasado siete años desde que lo viste, y de que a veces ves cosas a la carrera porque no tienes tiempo para más. Pero aguantas y sigues, porque ser fan, como ser periodista, es apasionante.
Ser fan, y ser periodista, serlo todo, es tener esto y hacer algo útil con ello. Comunicarlo, compartirlo, aclararlo, resolverlo, descubrirlo, entretener al resto, facilitar que lo bueno y lo mejor les llegue, por si se les había pasado, por si están durmiendo poco, comiendo mal y yendo a la carrera y no se han dado cuenta de que se ha estrenado la última película de Olivia Colman. Corred todos al cine que vuelve a oler a Oscar. This is the way.
Por esto uno se plantea, con la que está cayendo, abrir un portal web, otro más, dedicado a la cultura, y como uno es fan, pues lo abre para todo aquel que alguna vez ha sido fan de algo, e se chove, que chova. Bienvenides a todes, ojalá logremos que os sintáis en casa.