Lo que Supersubmarina supuso para las generaciones que siguen llenando los (cada vez más) numerosos festivales puede todavía rastrearse en el ambiente, incluso aunque hayan pasado casi siete años desde la última vez que el grupo de Baeza se subió a un escenario. Su desgraciado accidente de tráfico, en verano de 2016, cortó una trayectoria que no había dejado de crecer desde que en 2008 presentaron su primer EP, Ciento Cero. “Vomitaré en tu cara esta canción”, cantaba Chino en los primeros compases del primer tema, que es un fresco, divertido y pegadizo, elocuente como todos, fácil y directo como la gran mayoría.
Nunca hubo demasiada ostentación en la producción de sus álbumes y para Viento de cara (2014), el último de ellos, la sencillez parecía ser la máxima. En Viento de cara miraban al futuro, al mañana con el que titulaban la última canción del disco, El Mañana. Al optimismo se aferra este viaje al pasado para recordar esas canciones que nadie quiere olvidar.
De las Dudas Infinitas (2012)
La música tiene el poder de llegar a las personas de muchas maneras y la fuerza de De las Dudas Infinitas reside en la historia que alberga, que es una historia de amor y desamor al mismo tiempo, porque aquel que la canta ama a una persona que duda, a una persona a la que esperará “mientras viva”. De las Dudas Infinitas será eternamente recordada por versos como este: “que como yo a veces sueño, nadie ha soñado contigo; que como te echo de menos, no hay en el mundo un castigo”.
Funciona tan bien porque es una fantástica presentación de un escenario muy concreto que detallaron con mucha inspiración. Porque una cosa es sentir la angustia por la espera, la tristeza por el desamor, y otra ser capaz de cantarlo así de bien. “No dejes que todo esto quede en nada porque ahora estés asustada”, una frase que en tiempos de miedos emocionales se puede gritar a pleno pulmón.
Puta Vida (2011)
Puta Vida es una canción rápida que se canta a todo volumen, cuyo sonido e intención han heredado bandas fantásticas como Viva Suecia. Unas ideas se enlazan con otras hasta un estribillo que se repite dos veces, casi como si la segunda estuviera pensada para la catarsis. Es otra canción de duda, en este caso desde la perspectiva de quien se encuentra perdido, con una maraña de pensamientos contradictorios funcionando a la vez. Como sucedía con las emociones en De las Dudas Infinitas, aquí registraron con mucho acierto la velocidad de una mente inquieta que no sabe bien qué pensar.
XXI (2010)
Una de las razones por las que Supersubmarina caló tan hondo en la generación millennial tiene que ver con esa capacidad de ser voz de grupo, ya mencionada a la hora de señalar la forma en la que cantaron sobre miedos, dudas y huidas tan habituales hoy en día. En XXI demostraron que sus inquietudes trascienden lo sentimental y con ella se adentraron también en lo social, en lo político, que no deja de ser un poco lo mismo. Años más tarde lanzarían Hasta que sangren (2014), un tema que sigue esta misma dirección de protesta, rabia y fuerza, pero XXI es la que marcó el camino.
Arena y Sal (2014)
Por rescatar el ejemplo más ilustrativo de la sencillez también señalada, Arena y Sal es una de esas canciones que dejan un poso de bienestar, de sonrisa. Se escucha así, con una sonrisa, moviendo la cabeza, sintiéndose bien. La melodía es agradable, menos invasiva que en otros temas, y la historia propuesta es una historia de principios amables y esperanzadores. “Dame la mano que yo te sigo”, se canta en la segunda estrofa, como una petición y, al mismo tiempo, una rendición. Arena y Sal es sencillamente una canción bonita y por eso se recuerda.
En mis venas (2012)
Uno de los grandes éxitos de Santacruz, el segundo disco de Supersubmarina. Fue una de las propuestas más diferenciales de la banda de Baeza, provista de, esta sí, melodías peculiares en los que se intuye un buen trabajo de estudio que dejó como resultado uno de los sonidos más reconocibles de Supersubmarina. En este tema la guitarra compite para ser la reina de la canción con un estribillo que va ascendiendo poco a poco, en el que resulta inevitable sumarse a la voz rápida de Chino para terminar con ese “ha sido todo tan raro, sucedió todo tan fuerte”.
LN Granada (2010)
Hay algo especial en LN Granada, algo que va más allá de que fuera la canción con la que el nombre de Supersubmarina empezase a copar las conversaciones del público. Quizá tenga que ver con la conexión que se vivían en los directos al sonar esta canción, cuando uno quería repetir hasta la saciedad ese “y bailar con la muerte no es buen plan, yo prefiero que me mates tú a bailar”. A lo mejor se debe a la cantidad de versos para el recuerdo, de esos que son tremendamente instagrameables, que nos dejó: “y el paseo de los tristes alegrar si te pones a bailar”, “siendo tan pequeño el universo, ¿cómo pudiste caber aquí”, o el fantástico “las estrellas nos alambran al pasar”, en homenaje a esa ciudad de la que parte. Puede que hoy en día algo tenga que ver la nostalgia que se sintió cuando Supersubmarina faltó en los escenarios, pero lo especial de esta canción venía de antes.
Supersubmarina (2010)
El estribillo de esta canción, tan peculiar y tan suyo, funciona en la primera estrofa y en la segunda y hubiera funcionado tras una quinta, porque tiene lo especial y la magia electroviral del primer disco de Supersubmarina. Esta sí: nostalgia pura, con ese “que note que estarás siempre a mi lado” capaz de sacar la más genuina y melancólica de las sonrisas. Siempre Supersubmarina.